jueves, 31 de diciembre de 2009

CALENDARIO LUNAR ENERO 2010


EE UU prevé golpear a Al-Qaida en Yemen


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MUNDO

EE UU prevé golpear a Al-Qaida en Yemen

El Pentágono estudia objetivos de ataque en represalia por el fallido atentado de Detroit

31.12.09 - 02:27 - JUAN PABLO NÓBREGA
NUEVA YORK.

En medio de lo que para algunos es ya la primera crisis política seria de Barack Obama a cuenta de los flagrantes fallos de seguridad en el frustrado atentado de Detroit, Estados Unidos parece dispuesto a intensificar la presión sobre Yemen para que dé prioridad a la lucha contra Al-Qaida. Como gran argumento para seducir al acosado Gobierno del país árabe -lucha desde hace años contra dos rebeliones tribales en el norte-, la Administración demócrata sopesa un incremento sustancial de la ayuda que proporciona a Saná, desde los casi 49 millones de euros actuales a 83,6 millones en 2010.

No importa que la torpeza del nigeriano Umar Faruk Abdulmutallab en el manejo de los explosivos que llevaba ocultos en su ropa interior no produjera los letales resultados que deseaba. El intento de agresión equivale para los norteamericanos a un ataque en toda regla y por eso EE UU habla ya de lanzar sus bombardeos sobre objetivos de Al-Qaida en Yemen, según informó ayer la CNN citando a dos altos cargos del Ejecutivo Obama. La Casa Blanca respondería así con los mismos actos reflejos que movieron a Bill Clinton y George W. Bush a recurrir a su maquinaria bélica allí donde los intereses estadounidenses estaban en juego.

Los matices en esta ocasión indican que Washington lleva meses trabajando con el presidente yemení, Ali Abdullah Saleh, y fruto de esa colaboración son una serie de ataques aéreos en las últimas semanas contra bastiones de Al-Qaida. Que la relación va a ir a más no hay quien lo dude, sobre todo desde que el ministro de Exteriores, Abubakr al-Qirbi, reconociera el martes que su país no puede combatir solo a los islamistas radicales y pidiera ayuda a Occidente.

En una prueba de la rapidez con la que EE UU ha recogido el guante, la cadena de televisión también reveló que las agencias de inteligencia y los ejércitos de ambos países se hallan en estrecho contacto con el objetivo de recopilar la información para un posible ataque de represalia en cuanto Obama lo ordene. Estas conversaciones buscarían identificar posiciones de Al- Qaida en Yemen -donde se esconden entre 300 y 400 kamikazes, según Saná- y serían el resultado de un nuevo acuerdo secreto entre los dos países. Según el pacto, ambos gobiernos trabajarían conjuntamente mientras el Pentágono se encargaría de proporcionar material de inteligencia y armas a Yemen como moneda de cambio por la información necesaria para efectuar los ataques contra los extremistas.

Oficialmente, EE UU nunca ha lanzado un bombardeo aéreo en Yemen, pero algunas fuentes han indicado que las operaciones efectuadas por el Ejército de Saná contra la red de Osama bin Laden en su territorio nunca se habrían podido realizar sin apoyo externo. El convenio daría permiso al Pentágono para lanzar misiles de crucero en el espacio aéreo del país árabe, así como a utilizar aviones no tripulados contra objetivos terroristas cada vez que el Gobierno yemení lo autorice.

Prestigio en juego

En los ambientes políticos y periodísticos de EE UU el escenario que se dibuja no es muy distinto al de los momentos posteriores de otros atentados perpetrados por Al-Qaida. Aunque Obama ha calificado como «inaceptables» los fallos de inteligencia que no tuvieron en cuenta indicios claros de las pretensiones del terrorista nigeriano, su propio prestigio está en juego. La sensación para millones de norteamericanos es similar a la vivida tras el 11-S cuando supieron que sus costosos servicios secretos fueron incapaces de detectar los numerosos movimientos de las células radicales islamistas en los meses anteriores a la matanza.

En esta ocasión, Washington disponía de información precisa sobre los lugares donde había estado Abdulmutallab y cuáles eran algunos de sus planes antes de que abordara el vuelo de la Northwest-Delta, informó 'The New York Times'. Incluso el padre del terrorista africano se habría reunido con agentes de la CIA a quienes comunicó las ideas extremistas de su hijo semanas antes del fallido atentado. Pero esta información no salió de esa agencia encargada de combatir el terrorismo y, de haber ocurrido, no se le habría permitido abordar el avión. Hasta ahora, sólo se había filtrado que este influyente hombre de negocios nigeriano había hablado por teléfono con la embajada estadounidense en Lagos.

martes, 29 de diciembre de 2009

Las Calatayud Duhalt nos desean prósperidad


¡Gracias Liliana!

El mural del Palacio Municipal de Córdoba


El pintor Jaime Sánchez Nava en plena faena

El mural del palacio municipal

Francisco Javier Chaín Revuelta


Córdoba, Ver. 29 de Diciembre de 2009.- En el muro frontal a la entrada al Palacio Municipal de Córdoba, Veracruz, México, Jaime Sánchez Nava, artista profesional del dibujo y la pintura, plasma un tema histórico de principios del siglo XIX que se atribuyen a esta ciudad.

Jaime Sánchez Nava se ha distinguido en la ciudad por un gran oficio de tiempo completo para el dibujo y la pintura con muy aplicado arte. Parte de su obra se puede observar en una serir de pinturas sobre las paredes del restaurant Vierreinal que plasman el centro de la ciudad desde diversos angulos. Viendo esa serie de cuadros uno puede asomarse a la calle y ver realmente lo que el pintor ha dibujado con un estilo muñequeado, de lineas torcidas (adrede) y muy colorido, que dan gran impacto y gusto a la vista. Asi mismo pueden apreciarse pinturas suyas sobre las paredes interiores del restaurant La Parroquia, una de ellas con tema histórico y resaltando, a la par, el cultivo del café arábiga.

Sobre el Mural del Palacio habrá que recordar que hará unos doce años, más o menos por 1996, otro joven pintor de la ciudad, de nombre Martín González Villalobos, elaboró la maqueta de un pintura para el mismo palacio y muro que propuso al ayuntamiento de entonces presidido por Tomás Riós Bernal, quien decidió se pusiera un libro a la orilla de la escalera principal del palacio, para que las personas opinaran sobre la conveniencia o no de pintar ese mural. Sobre alguna conclusión a esta propuesta no se supo nunca publicamente nada. Lo que si se sabe es que la pintura propuesta no se realizó en aquel entonces. El pintor González Villalobos se desempeña como profesor de pintura en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

El motivo para que volviera la vieja idea del mural se debió a que los sectores más conservadores de la ciudad que actualmente tienen en su poder el ayuntamiento de la ciudad, como no tienen que hacer ni muchas ideas ni  imaginación que destacarles, se han ocupado del deseo lúdico de que el llamado "Tratado de Córdoba" del 24 de Agosto de 1821, sea motivo para que oficialmente se le reconozca como día memorable de la independencia de México. La propuesta fue llevada al Congreso de la Unión por un senador conservador oriundo de esta ciudad y fue rechazada, porque el tal tratado es sólo una mala réplica del Plan de Iguala donde se conviene entregar el país "independiente" al mismo rey del cual se pretendían independenciar. Esto es en serio, basta leer el documento señalado, lo cual no es dificil, ya que una reproducción del documento original, se exhibe en un sarcófago de cristal como si fuera reliquia religiosa que adorar.

Posteriormene la lúdica propuesta (no hay que cejar) fue llevada por otros diputados estatales conservadores también de esta caballeresca ciudad, y que por igual carecen de ideas que si beneficien a la miseria que se vive en estas tierras, al congreso del estado de Veracruz, donde si fue aprobada ya que contaba con la bendición del gobierno estatal, y se declaró dia oficial estatal conmemorativo de la "independencia" de México el dia 24 de Agosto de cada año. A raiz de ellos hubo fiesta municipal el 24 de Agosto de 2009, Misa y ofrenda floral a un mudo bronce que representa a un tal general Iturbide en una de las esquinas del parque 21 de Mayo.

Motivados por estos hechos referidos, el ayuntamiento decidió que se elaborará dicho mural y que por consiguiente llevara como tema central la firma de ese tratado, por ello la figura de la imagen que ilustra ésta nota lleva el uniforme militar usual de 1821.

La idea de celebrar anualmente el 24 de Agosto de 2009 y el mural servirán para engañar y atraer al turismo nacional y extranjero a que hagan alguna derrama de dinero en los negocios del ramo en la ciudad y para que los conservadores de la ciudad saquen sus mejores garritas para otra de esas grandes fiestas municipales, que tanto les gustan, ya que sirven, como el circo, para olvidarse de los verdaderos problemas ciudadanos.

lunes, 28 de diciembre de 2009

CRIMEN CONTRA LOS HUEVOS DE TORTUGA


El humano suele depredar lo que encuentra a su alrededor y hace poco por reestablecer el equilibrio natural de la vida. Una cosa es la pobreza y otra la falta de valores y cuidado de la Tierra y su entorno.
Reenvía para hacer consciencia.
Gracias.
CULPABLE ES QUIEN CONSUME:
GENERA DEMANDA Y A LOS DEPREDADORES.
FAVOR DIFUNDIR ESTE CORREO CON LOS ROSTROS DE ESTOS CRIMINALES Y EVITA CONSUMIR HUEVOS DE TORTUGA !!!!!!!!!!!!!
ALGUNAS VECES PARECE QUE PERTENECEMOS AL REYNO ANIMAL, LOS PROPIOS HUMANOS MATANDO LA FLORA Y LA FAUNA.
QUE PECADO MAS GRANDE, ELLAS CON TODA DIFICULTAD LLEGAN A LA COSTA PARA COLOCAR SUS HUEVOS Y PODER TENER SUS CRIAS QUE DE POR SI CUANDO NACEN NO TODAS LLEGARAN A LA EDAD ADULTA Y NOSOTROS CONTRIBUIMOS A LA DESAPARECION DE LA ESPECIE PUES SEGUIMOS CONSUMIENDO Y AUNQUE NO CONSUMAS Y AUNQUE NO LLEGUES A RECOGER LOS HUEVOS DE TORTUGA, CON SOLO NO HACER NADA ESTAMOS CONTRIBUYENDO A LA EXTINCION DE LA TORTUGA, CONTRIBUYENDO CON LA EXTINCION DE MILES DE ESPECIES DE ANIMALES, NO NOS QUEDEMOS COMO OBSERVADORES, HAGAMOS ALGO, ¡DENUNCIEMOS!, DEJEMOS DE CONSUMIR, AYUDEMOS A SALVAR A NUESTRO MUNDO, A NUESTRA MARAVILLOSA NATURALEZA, QUE DIOS CREO. CUIDEMOS LA HERENCIA DE NUESTRAS FUTURAS GENERACIONES, ELLOS TAMBIEN TIENEN DERECHO A DISFRUTAR, DE LO QUE NOSOTROS YA DISFRUTAMOS, HAGAMOS CONCIENCIA, NO ESPEREMOS A QUE OTROS HAGAN LO QUE NOS CORRESPONDE HACER A NOSOTROS.








'Los militares estadounidenses se agotan'





ENFOQUE: OPINIÓN


'Los militares estadounidenses se agotan'

Por Sarah Lazare

El ejército norteamericano es exagerado y exhausto, dice activista de paz Sarah Lazare [AFP]

La convocatoria de más de 30.000 más tropas que se enviará a Afganistán es una farsa para las personas de ese país que han sufrido ya ocho años brutales de la ocupación.

También es un duro golpe para los soldados NORTEAMERICANOS frente a la inminente implementación.

Como Barack Obama, el Presidente de los Estados Unidos, up for una escalada que llevará el número total de tropas en Afganistán a más de 100.000 personas, enfrenta a una fuerza militar que se ha agotado y saturada por los combates de dos guerras.

Muchos de ellos de dentro de las filas declara abiertamente que han tenido suficiente, aliándose con veteranos contra la guerra y activistas en la llamada a poner fin a las guerras de Irak y Afganistán, dirigida por Estados Unidos con algunos soldados de servicio activo públicamente negarse a implementar.

Este movimiento creciente de militares refusers es una voz de cordura en un país que se hundan más profunda en la interminable guerra.

"Ellos pasado me de una guerra a la siguiente"

Veterano Eddie Falcon, Iraq y Afganistán

Los arquitectos de esta guerra sería positivo escuchar las preocupaciones de los soldados y los veteranos encargados de efectuar sus políticas de guerra sobre el terreno.

Muchos de los que se va a desplegar ya han enfrentado múltiples implementaciones para luchar contra las zonas: la 101a División Aerotransportada, que se implementará a Afganistán en principios de 2010, se enfrenta a su quinta gira combate desde 2002.

"Sólo se van a empezar a movernos a los soldados que ya sirvieron en Irak a Afganistán, al igual que me pasó de una guerra a la siguiente," dijo Eddie Falcon, un miembro de Iraq Veterans Against the War (IVAW), que sirvió en Irak y Afganistán.

"Soldados va a iniciar la vuelta con Post-Traumatic Stress Disorder (PTSD), falta de extremidades, problemas con el alcohol y depresión".

Muchas de estas tropas siguen sufriendo las secuelas físicas y mentales de implementaciones anteriores.

Las tasas de PTSD y lesión cerebral traumática entre tropas desplegados en Irak y Afganistán han sido desproporcionadamente altas, con un tercio de regresar las tropas informes de problemas mentales y 18,5 % de todos los miembros de servicio regresan luchando contra el PTSD o depresión, de acuerdo con un estudio de la Rand Corporation.

Suicidios marinos se duplicó entre 2006 y 2007, y suicidios de ejército corren la tasa más alta de registros estaban en 1980.

Resistencia en las filas

Soldados del ejército estadounidenses se niegan a servir en la tasa más alta desde 1980, con un aumento del 80 por ciento de deserciones desde la invasión de Iraq en 2003, de acuerdo a la Associated Press.

Estas tropas denegar la implementación para una variedad de razones: algunos porque se oponen éticamente a las guerras, algunos ya han tenido una experiencia negativa con los militares y algunos ya que no pueden sobrevivir psicológicamente otra implementación, haber sido víctima de lo que se ha denominado "Broken Joe" síndrome.

Más de 150 indicaciones geográficas han públicamente rechazó el servicio y pronunciado en contra de las guerras, todas de la prisión risking y algunos servir largas condenas, y un estimado resistentes de guerra US 250 actualmente están refugiándose en Canadá.

Esta resistencia incluye a dos soldados de Fort Hood, Texas, Agosto de Victor y obispo de Travis, que resistieron públicamente implementación a Afganistán este año, frente a penas de prisión como resultado, con el obispo todavía actualmente detenido.

La guerra en Afganistán está perdiendo apoyo
en los Estados Unidos [AFP]

"No hay ninguna manera implementará en Afganistán," escribió Agosto, al negarse a su servicio el pasado mes de mayo. "La ocupación es inmoral e injusta".

Dentro de los militares estadounidenses, GI resistentes y veteranos contra la guerra han organizado a través de amplias redes de veterano y alianzas civiles, así como a través de IVAW, compuesto por veteranos de Irak y Afganistán.

Esta organización, que es más de 1.700 fuerte, con miembros en todo el mundo, incluyendo a miembros del servicio activo en bases militares, se opone a las guerras de Irak y Afganistán y admite abiertamente GI resistencia.

"Veteranos contra la guerra de Irak pide a Obama para poner fin a la guerra en Afganistán (e Iraq) retirando tropas inmediatamente y sin condiciones," escribió José Vásquez, el director ejecutivo de IVAW, en una carta abierta el 2 de diciembre.

"No es hora de que nuestros hermanos y hermanas en brazos ir a Afganistán. Ya es hora de que les vienen casa. "

Ningún progreso claro

Cafés DIGESTIVA han surgido en varias bases militares de todo el país. En la tradición de las casas de GI café de la época de la guerra de Vietnam, estos cafés proporcionan un espacio donde las tropas de servicio activo pueden hablar libremente y obtener acceso a recursos sobre militar negativa, PTSD y veterano y movimientos de GI contra la guerra.

"Aquí en Fort Lewis, hemos perdido 20 soldados de la ronda más reciente de las implementaciones," dijo Seth Menzel, un Iraq de combate veterano y organizador fundador de café fuerte, un café de GI house en la extensa base militar de Washington.

"Hemos visto la resistencia a la implementación, principalmente basada en el hecho de que soldados se han implementado muchas veces no tienen la paciencia para hacerlo de nuevo".

Como la ocupación de Afganistán pasa su octavo año, con ningún progreso claro, objetivos que siguen siendo difícil de alcanzar y un conteo alto de muerte civil, esta guerra está llegando a parecerse a la guerra de Irak, que ha sido condenada rotundamente por el mundo y la opinión pública de US.

La naturaleza interminable de este conflicto contradice el proyecto real de establecer el dominio de US en el Oriente Medio y el control de los recursos de la región, a expensas de los civiles afganos y puestos en peligro de soldados estadounidenses.

Las voces de rechazo procedentes de dentro de los Estados Unidos militar envían un mensaje poderoso que los soldados no será forrajes para una guerra injusta e innecesaria. Retirando su trabajo de una guerra que depende de su consentimiento, estos soldados tienen el poder para ayudar a poner fin, a esta guerra al igual que sus predecesores en el movimiento de resistencia de GI contra la guerra de Vietnam.

Y cuanto más tiempo la guerra en Afganistán arrastra sobre - las más vidas que se perdieron y destruidas - la resistencia más veremos procedentes de dentro de las filas.

Sarah Lazare es un organizador de resistencia anti-militarist y DIGESTIVA con diálogos contra militarismo y coraje resiste. Está interesada en la conexión de las luchas por la justicia en casa con movimientos globales contra la guerra y el Imperio.

Las opiniones expresadas en este artículo son propio del autor y no reflejan necesariamente la política editorial Al Jazeera.

La falacia de las clases medias


La falacia de las clases medias


Esta interpretación de la sociedad de las clases medias es una de las grandes falacias del capitalismo. El principio de explicación es burdo pero no por ello menos efectivo.

Marcos Roitman Rosenmann
La Jornada
26-12-2009 a las 13:08
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Nunca llueve a gusto de todos. Pero si atisbamos un principio de acuerdo entre socialdemocracia, derecha conservadora, progresista o liberal, éste se produce a la hora de señalar que la crisis supone un deterioro de la sociedad de clases medias. Es pan común dejar a un lado a las clases trabajadoras, total siempre lo han pasado mal, incluso en tiempos de bonanza.

Se viva en la oposición o se gobierne los argumentos para subir o bajar los impuestos, aumentar el IVA, salvar las entidades financieras, flexibilizar el mercado laboral, seguir privatizando o dar un mayor impulso a las políticas de inversión pública, sirven para justificar un apoyo a las maltratadas clases medias y evitar el desastre. Según encuestas y estudios sociológicos elaborados ad hoc sus miembros constituyen la base mayoritaria de la población. Son los sufridos profesionales, médicos, ingenieros, maestros, los funcionarios del Estado, los empleados del sector terciario, los pequeños y medianos empresarios, incluso se suman los trabajadores especializados y los mandos intermedios de las empresas trasnacionales. En definitiva, se les identifica como los triunfadores del siglo XX. Aquellos cuya perseverancia y esfuerzo abrió las puertas a un mundo de bienestar, consumo y progreso. Ellos no forman parte de la cultura de la pobreza.

Hoy, nos dicen, son los más perjudicados por la crisis. Para justificar tal acervo nos apuntan a una merma en sus expectativas de movilidad social ascendente. Sufren la negativa de los bancos para acceder a préstamos fáciles. Ya no hay dinero para hipotecas, tampoco para becas de estudio, investigación o post-grado. Menos aún obtienen el aval para cambiar de coche o irse de vacaciones. Las clases medias están deprimidas económica y sicológicamente. El diagnostico se complementa con una percepción negativa de su papel político en circunstancias como las descritas. Son fácilmente manipulables y pueden convertirse en carne de cañón para proyectos populistas. Las clases medias están cansadas, hay que tomar medidas. Por primera vez se hacen públicas investigaciones vaticinando que las clases medias vivirán una época de constricción. Es urgente devolverles la confianza. Deben ser rescatadas, convirtiéndolas nuevamente en el motor del cambio social, la estabilidad y el crecimiento económico. Tiene un papel que cumplir, son por antonomasia el colchón que amortigua los conflictos entre el capital y el trabajo, el pegamento de la sociedad.

Esta interpretación de la sociedad de las clases medias es una de las grandes falacias del capitalismo. El principio de explicación es burdo pero no por ello menos efectivo. Frente a la contradicción entre burgueses y proletarios, campesinos y terratenientes, la irrupción de las clases medias en el siglo XX habría transformado definitivamente el capitalismo. Nunca más se verían niños trabajando 12 o 14 horas por unos peñiques, mendigos tirados en las calles, hombres y mujeres sometidos a castigos degradantes y sobreexplotados. Ese capitalismo, adjetivado como salvaje, habría pasado a mejor vida. De él sólo queda un recuerdo borroso y literario, aquel que humanistas, médicos, juristas y representantes parlamentarios habían descrito en sus informes sobre las condiciones de vida de las clases obreras. Por su lectura sabemos del tipo de castigos a los cuales se les sometía. Desde cepos, latigazos, cárcel y encadenamientos, hasta la violación y las mutilaciones. Baste como ejemplo lo dicho por Juan Bialet Massé en su informe sobre Las clases obreras argentinas a principios de siglo XX: “… desde Santa Fe a Jujuy, el almacén o proveeduría o el crédito al obrero sobre su salario son las armas que esgrime la explotación para estrujarle, sin reparar vicios, antes bien induciéndolo a que se encenegue en él, manteniéndolo en un estado de embrutecimiento y degeneración física y moral que constituye un peligro público.” En parecidos términos se referiría a la situación de los pueblos indios. Se reniega del indio pero se le explota. Los que hablan de su exterminio, de arrojarlo al otro lado de las fronteras no saben lo que dicen o lo saben demasiado. Aún en el sur, donde es fácil relativamente poblar, porque el clima es similar al de Europa, el brazo del indio vendría muy bien; pero sin él, en el Chaco no hay ingenio, ni obraje, ni algodonal.

Para limar estas lacerantes aristas, la existencia de una clase media contribuía a cambiar la concepción del capitalismo y dotarlo de una perspectiva integradora. Una visión afable, llena de oportunidades sustituía esa época de arbitrariedad, explotación y violencia extrema. Afincar la meritocracia y reconocer los derechos civiles en el marco de un estado de derecho, eran el caldo de cultivo propuesto para su desarrollo. El capitalismo se reinventaba. No más exclusión. Gracias a las clases medias, el temor a las revoluciones socialistas quedaría atrás.

Los trabajadores, dirá W.W. Rostow, en su clásico Las etapas del crecimiento económico, un manifiesto no comunista “… se conformarán con un poco de progreso bastante estable; tenían la sensación de que las cosas estaban mejorando para él y para sus hijos y de que en general, estaban recibiendo una parte justa de lo que producía la sociedad; estaban dispuestos a luchar por lo que él deseaba dentro de las reglas de la democracia política, en un sistema de propiedad privada, tendían a identificarse con su sociedad nacional más que con el mundo abstracto de obreros industriales supuestamente oprimidos…”. Con ello se pretendió deslegitimar la izquierda marxiana. Su pronóstico, nos dicen, se mostró equívoco. El capitalismo no genera más miseria ni pauperización, por el contrario, disminuye las desigualdades y redistribuye la riqueza. Las clases trabajadoras se transformarían en clases medias, es el capitalismo con rostro humano.

Esta interpretación promovida por los intelectuales del establishment es una cortina de humo para tapar la explotación. Las clases medias constituyen un eufemismo para las clases dominantes y su definición adolece de errores de bulto, ni configuran un grupo homogéneo ni tienen intereses comunes, ni menos presentan un proyecto político de sociedad, factores claves para constituir una clase social. Asimismo, la actual concentración de la riqueza pone en entredicho la marcha hacia una sociedad de las clases medias. Por el contrario, todo indica que asistimos a una pauperización creciente de las clases trabajadoras y los sectores medios. La historia le sigue dando la razón a Marx. La crisis es del capitalismo, no de las clases medias.

Los amigos de los pobres




Los amigos de los pobres


¿Qué sería del capitalismo sin pobres? Seguramente no abría ONG para el desarrollo, no existirían organizaciones sin fronteras apadrinando niños, ni campañas para paliar el hambre.

Marcos Roitman Rosenmann
La Jornada
14-12-2009 a las 9:44
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www.kaosenlared.net/noticia/los-amigos-de-los-pobres

A los pobres les gusta vivir en poblaciones sin agua potable, electricidad, centro médico, escuelas o transporte público. Prefieren la enfermedad a la salud, son pendencieros, violentos y se dan a la bebida. Dedicarse a su cuidado es rentable.

¿Qué sería del capitalismo sin pobres? Seguramente no abría o­nG para el desarrollo, no existirían organizaciones sin fronteras apadrinando niños, ni campañas para paliar el hambre. Tampoco disfrutaríamos de los análisis del Banco Mundial diferenciando entre pobreza, pobreza extrema, indigencia o pobres de solemnidad.



Por estas razones debemos estar agradecidos a los expertos que dedican su esfuerzo para crear tales categorías. Así, nos enteramos de las diferencias y como se articulan sus políticas internacionales. Al fin y al cabo, señalan, a los pobres les gusta vivir en poblaciones sin agua potable, electricidad, centro médico, escuelas o transporte público. Prefieren la enfermedad a la salud, desprecian el trabajo, son ariscos, pendencieros, violentos y se dan a la bebida. Hay que enseñarles a vivir decentemente. No darles el pescado, deben aprender a pescar. Dedicarse a su cuidado es rentable. Forma parte del espíritu del capitalismo.



Las carencias son rentables para bancos, financieras y empresarios crápulas. En este sentido distingo los actos humanitarios poco o nada altruistas de la actividad cotidiana desarrollada hacia la población marginal y los pobres. En el primer caso, paliar los efectos de terremotos, tsunamis, tifones o guerras bastardas supone una oportunidad de oro para hacer negocios. La reconstrucción atrae a cuanto bicho viviente quiere sacar tajada de la desgracia ajena, entre otras las empresas trasnacionales de construcción. Por el contrario, quiero subrayar las acciones destinadas a sacar rédito de la existencia de los pobres. Entre más haya mejor. Sólo deben mostrarse sumisos y ser agradecidos con sus amos. Estos últimos, son gente justa de acuerdo con sus creencias y valores. Desean lo mejor para ellos.



De esta manera, aliviar las penas de los pobres pasa a ser una actividad gratificante y la par que enriquece a sus hacedores. Sirva como ejemplo la tradicional teletón de fin de año. Durante esas fechas desfilan por la pantalla del televisor famosos de todos ámbitos. Futbolistas, actores, actrices, cantantes, políticos y empresarios. En un acto de altruismo y caridad cristiana donan prendas y objetos que serán subastados entre el público para comprar juguetes. En esta vorágine, los bancos abren cuentas especiales y de paso hacen publicidad de sus servicios. Asimismo, las fundaciones realizan donaciones y desgravan. Todo sea para que los niños pobres gocen de una navidad entrañable. Esto se repite en los países del primer mundo. La generosidad de los ricos es abrumadora. Ningún pobre sin su balón, muñecas, pistolas, tanques o coches de carrera.



En otro orden de cosas, los gobiernos del llamado primer mundo se sienten comprometidos y dedican 0.7 por ciento del PIB a financiar proyectos contra la pobreza. Sin embargo, no olvidemos que una parte importante de este porcentaje, cuando se cubre, se queda en casa. Sirve para hacer frente a los alquileres y los gastos corrientes, atender los sueldos de los funcionarios y las visitas a los países pobres. En España, la Agencia de Cooperación destina 50 por ciento de su presupuesto a infraestructura. Pero se sienten solidarios contra el hambre. Así en el último plan para 2010 de ayuda alimentaría, Bruselas asigna a España la suma de 52.5 en alimentos gratis para los países pobres. De esta manera se quitan la sobreproducción y alivian la situación de sus agricultores.



No cabe duda, primero roban, esquilman las riquezas naturales, deterioran el medio ambiente y posteriormente dan limosnas para paliar sus efectos. La ayuda al desarrollo, los créditos baratos, el canje de deuda externa por inversiones, son algunas de las acciones preferidas. Para ellos, sería una pena acabar con la pobreza de millones de personas que sufren explotación. Es mejor brindarles protección y hacer un uso rentable de su existencia. Mientras los pobres reciben caridad, los ricos se llenan los bolsillos a su costa.



Sin embargo, hoy en día, emerge un nuevo tipo de mecenazgo. Son personas y gobiernos que desean lo mejor para sus pobres y los guardan de caer en tentaciones tales como tener trabajo estable, gozar de una educación pública, servicios mínimos de calidad y vivienda digna. Es entrañable constatar como en Río de Janeiro se yergue una muralla destinada a garantizar los valores y las tradiciones de los pobres. Hay que trasmitirles el mensaje en positivo. El muro se ha levantado por su bien. Al ser pobres, y muchos analfabetos, no entienden el significado. No es un muro sin ton ni son.



¿Que sería de Río sin las favelas y sin sus pobres? Asistiríamos a una perdida de identidad. Es necesario preservar sus costumbres, su cultura e idiosincrasia. El muro es una opción democrática. No debe hacerse caso a los radicales antisistema y antiglobalización. Estos buscan desprestigiar a un gobierno dizque de izquierdas. El muro no está concebido para controlar militar y policialmente a sus habitantes. Por el contrario, se busca amparar el tan preciado derecho a la propiedad privada de los pobres ante los desalmados ricos que intentan a toda costa apropiarse de sus terrenos y destruir las favelas que tanto les ha costado edificar. En definitiva, no hay mejor opción que levantar el muro. Así se evitan malos entendidos.



Otros muros semejantes existen en Ceuta y Melilla. Tienen otra función, buscan evitar el acceso de los inmigrantes de las naciones africanas a España. Es un muro de la libertad. Evita que los pobres caigan en el consumo y el despilfarro, actos impropios de gente menesterosa. Así, deben ser conscientes del alto precio que pagan las sociedades occidentales por su construcción. Igualmente sucede en la frontera estadunidense con México. ¿Cómo criticar un acto lleno de solidaridad hacia los pobres? Ya se darán cuenta que es por su propio bien. Por ende, demos la bienvenida a los amigos de los pobres, sujetos deseosos de luchar por su mantenimiento en aras de chuparles toda la sangre. ¡Vivan los pobres y la madre que los parió!



El poder de la Iglesia en España



El poder de la Iglesia en España


En España, durante el franquismo, la Iglesia jugó un papel relevante en la consolidación del régimen. Hoy su protagonismo no ha disminuido y su poder se mantiene intacto.

Marcos Roitman Rosenman
La Jornada
23-11-2009 a las 9:08
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www.kaosenlared.net/noticia/poder-de-la-iglesia-en-espana

En España, durante el franquismo, la Iglesia jugó un papel relevante en la consolidación del régimen. Hoy su protagonismo no ha disminuido y su poder se mantiene intacto a pesar que la Constitución de 1978 en su artículo 16.3 señala el carácter aconfesional del Estado. Durante la transición, la Iglesia católica no estuvo dispuesta a perder ninguno de los privilegios ganados durante 40 años de dictadura. Para sus miembros fue mejor reconocer el carácter aconfesional que pasar a una fórmula de Estado laico. Fue una solución de compromiso de los constituyentes que dejaba claro el papel de la Iglesia y los límites de la reforma política. No se ponía en cuestión su función garante de la moralidad de los españoles. Lo que Franco ató, siguió atado. Así, la Iglesia católica podría seguir gozando de un trato de favor a la vez que se marginaban otras confesiones. La enseñanza de la religión en los colegios públicos se dejó en manos del clero. Así, el Estado paga la educación católica de los colegios privados concertados, cuya cifra de alumnos supera el millón. La ley franquista de 1970 que lo avala no ha sido derogada. Igualmente, el episcopado confecciona sus programas de estudio y contrata a sus profesores pagados por el Estado.

En otro orden de cosas, los hospitales públicos mantienen en su plantilla sacerdotes y las universidades cuentan con una capilla. Ni que decir que no hay ni mezquitas ni sinagogas, ni templos budistas. Los rituales políticos utilizados por el poder civil para asumir los cargos de representación popular están sometidos a ceremonias donde el crucifijo preside las ceremonias. No menos importante es su presencia en los medios de comunicación social públicos. Televisión Española transmite todos los domingos una misa, amén de un programa llamado Pueblo de Dios. Tampoco debemos pasar por alto que la mayoría de los días festivos forman parte del credo católico. Semana santa, la inmaculada, los reyes magos, la Almudena, etcétera. Asimismo, el episcopado posee una radio de ámbito estatal, la cadena COPE, utilizada como medio para arremeter contra el poder político y dar rienda suelta a sus campañas contra el aborto, los homosexuales, el uso del preservativo y la asignatura educación para la ciudadanía donde se apoya una visión progresista de las relaciones sexuales, de la inmigración, de la tolerancia religiosa o de los matrimonios gays. En este caso han llamado directamente a la objeción de conciencia. Un sin sentido.



No menos importante es su poder económico. Y no me refiero al patrimonio cultural atesorado en los monumentos de interés nacional, hago mención a los terrenos urbanos y rurales, los edificios, las casas, mansiones y el conjunto de propiedades cuyo origen es la donación testamentaria. Sin menospreciar las empresas subsidiaras y sus inversiones en la bolsa. El uso de su capital para fines especulativos ha quedado al descubierto con los escándalos de Afinsa, entre otros. Sus turbios negocios han salido a la luz cuando los imputados han debido declarar quiénes eran sus principales inversores.



La Iglesia desde 1993 controla 40 por ciento de las universidades privadas. Jesuitas, dominicos, escolapios, Opus Dei, legionarios de Cristo o franciscanos gozan de los fondos públicos para sus proyectos. Mientras tanto la enseñanza aconfesional y pública sufre los envites del clero cuando se trata de subvenciones.



Su poder es tan grande que ningún gobierno del PSOE, hasta la fecha, quiere tomar el toro por los cuernos. Incluso algunos destacados militantes como el ex ministro de Justicia y creador de jueces para la democracia Alberto Belloch, hoy alcalde de Zaragoza, ha considerado ejemplar dedicar una calle al fundador del Opus Dei, Escrivá de Balaguer, amén de obligar a los concejales del consistorio a participar del rosario y las misas cantadas en honor a la patrona de la ciudad en la catedral el día 12 de octubre. Sus actos no son sino otra manera de poner en cuestión el carácter aconfesional del Estado. Pero sin ir más lejos, la próxima visita del papa Benedicto XVI a España será sufragada en 50 por ciento por Hacienda. Desde la seguridad, el transporte, una parte de la publicidad, la estancia y el conjunto de la parafernalia, tanto como ser considerada una visita de Estado. Son muchos millones de euros los que se invertirán en apoyar a la Iglesia católica. En contrapartida, sus máximos responsables deciden bajar los decibelios en la crítica a la nueva ley de aborto.



Si hacemos memoria, los orígenes de su actual poder están ligados al golpe de Estado contra la Segunda República, en 1936. Para los alzados, el gobierno del Frente Popular fue una suma de políticos masones, judíos y comunistas interesados en destruir la unidad de España, era necesario combatirlos y la iglesia se convirtió en la mano derecha de Franco. Éste gobernó con la Iglesia y la Iglesia gobernó para el régimen. La guerra civil se consideró parte de una cruzada, y su objetivo consistió en aniquilar al enemigo. Ellos avalaron los fusilamientos de miles de republicanos, socialistas, anarquistas y comunistas. La Iglesia aupó a Franco a la categoría de caudillo por la gracia de Dios y desde esa atalaya lució una aureola cercana a la santidad. Un enviado del Señor cuya tarea consistía en blandir su espada contra los comunistas, representantes del demonio en la tierra. Su triunfo se consideró por la Iglesia católica la primera derrota del comunismo internacional y el renacer de España como la reserva espiritual de Occidente. Era un enviado y no podía renunciar a su tarea, los obispos se encargaron de recordárselo siempre. Él hubiese preferido llevar una vida sencilla y en familia. Pero los hechos lo situaron en el papel de salvador de la patria. Se transformó en un martillo de herejes bajo la mano férrea de una Iglesia católica, apostólica y romana que hasta hoy no ha perdido ningún ápice de su poder real. La España actual sigue teniendo miedo a realizar una reforma que relegue a la Iglesia católica a su única función, ser un refugio para sus creyentes a título de fe y al margen de la esfera de lo público.



http://www.jornada.unam.mx/2009/11/21/index.php?section=mundo&article=018a1mun

Galeano critica Premio Nobel a Obama



Galeano critica Premio Nobel a Obama


Galenao tambiñen descartó escribir una segunda parte de Las venas abiertas de América Latina, a casi 40 años de su publicación.



Obama el anticristo
Prensa Latina
26-12-2009 a las 2:28
310 lecturas



El escritor uruguayo Eduardo Galeano criticó la entrega del Premio Nobel de la Paz al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en una entrevista de BBC Mundo, reproducida hoy aquí por el portal Espectador.com.

"Me pareció un chiste de mal gusto. Pero nada tiene de raro, teniendo en cuenta que hace un siglo el Premio Nobel de la Paz fue concedido a Teddy Roosevelt, un enamorado de la guerra", señaló Galeano.

El cuestionario fue elaborado por los propios lectores de la publicación, quienes abordaron diversas aristas de la vida del prominente intelectual de esta nación suramericana.


Sobre el tema de la globalización, el autor uruguayo señaló "antes de que se inventara esa horrible palabra, que designa a la dictadura universal del dinero, existía otra, linda, generosa, la palabra internacionalismo".

"Yo la sigo prefiriendo. Para mí, sigue significando algo así como que podemos ser compatriotas y contemporáneos de todos los que tengan voluntad de justicia y voluntad de belleza, hayan nacido donde hayan nacido y hayan vivido cuando hayan vivido", acotó.

Descartó escribir una segunda parte de Las venas abiertas de América Latina", a casi 40 años de su publicación.

"Todos escribimos un solo libro, que va cambiando y se va multiplicando a medida que la vida vive y el escritor escribe. Para mí Las venas fue un puerto de partida, no un puerto de llegada", apuntó.


Y con su habitual tono crítico comentó: "escribo para quienes no pueden leerme, porque los libros están tan caros que de aquí a poco se venderán en las joyerías".

El derecho de la humanidad a existir



El derecho de la humanidad a existir


...Continuar la batalla y exigir en todas las reuniones el derecho de la humanidad a existir, con la moral y la fuerza que nos otorga la verdad, es a nuestro juicio el único camino...

Fidel Castro Ruz
CUBADEBATE
27-12-2009 a las 7:41
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El cambio climático está causando ya considerable daño y cientos de millones de pobres están sufriendo las consecuencias.

Los centros de investigaciones más avanzados aseguran que queda muy poco tiempo para evitar una catástrofe irreversible. James Hansen, del Instituto Goddard de la NASA, asegura que un nivel de 350 partes del dióxido de carbono por millón es todavía tolerable; hoy sobrepasa sin embargo la cifra de 390 y se incrementa a ritmo de 2 partes por millón cada año, rebasando los niveles de hace 600 mil años. Las últimas dos décadas han sido, cada una de ellas, las más calurosas desde que se tienen noticias del registro. El mencionado gas aumentó 80 partes por millón en los últimos 150 años.

El hielo del Mar Ártico, la enorme capa de dos kilómetros de espesor que cubre Groenlandia, los glaciares de América del Sur que nutren sus fuentes principales de agua dulce, el volumen colosal que cubre la Antártida, la capa que resta del Kilimanjaro, los hielos que cubren el Himalaya y la enorme masa helada de Siberia se están derritiendo visiblemente. Científicos notables temen saltos cuantitativos en estos fenómenos naturales que originan el cambio.

La humanidad puso grandes esperanzas en la Cumbre de Copenhague, después del Protocolo de Kyoto suscrito en 1997, que entró en vigor el año 2005. El estruendoso fracaso de la Cumbre dio lugar a bochornosos episodios que requieren el debido esclarecimiento.

Estados Unidos, con menos del 5% de la población mundial emite el 25% del dióxido de carbono. El nuevo Presidente de Estados Unidos había prometido cooperar con el esfuerzo internacional para enfrentar un problema que afecta a ese país tanto como al resto del mundo. Durante las reuniones previas a la Cumbre, se hizo evidente que los dirigentes de esa nación y los de los países más ricos maniobraban para hacer caer el peso de los sacrificios sobre los países emergentes y pobres.

Gran número de líderes y miles de representantes de los movimientos sociales e instituciones científicas decididos a luchar por preservar la humanidad del mayor riesgo de su historia, acudieron a Copenhague invitados por los organizadores de la Cumbre. Omito referirme a detalles sobre la brutalidad de la fuerza pública danesa, que arremetió contra miles de manifestantes e invitados de los movimientos sociales y científicos que acudieron a la capital de Dinamarca para concentrarme en los aspectos políticos de la Cumbre.

En Copenhague reinó un verdadero caos y sucedieron cosas increíbles. A los movimientos sociales e instituciones científicas no les permitieron asistir a los debates. Hubo Jefes de Estado y Gobierno que no pudieron siquiera emitir sus opiniones sobre vitales problemas. Obama y los líderes de los países más ricos se adueñaron de la conferencia con la complicidad del gobierno danés. Los organismos de Naciones Unidas fueron relegados.

Barack Obama, que llegó el último día de la Cumbre para permanecer allí solo 12 horas, se reunió con dos grupos de invitados escogidos “a dedo” por él y sus colaboradores. Junto a uno de ellos se reunió en la sala del plenario con el resto de las más altas delegaciones. Hizo uso de la palabra y se marchó de inmediato por la puerta trasera. En ese plenario, excepto el pequeño grupo seleccionado por él, se les prohibió a los demás representantes de los estados hacer uso de la palabra. En esa reunión, a los Presidentes de Bolivia y de la República Bolivariana de Venezuela se les permitió hablar, porque al Presidente de la Cumbre no le quedó otra alternativa que concederles el uso de la palabra, ante el reclamo enérgico de los presentes.

En otra sala contigua, Obama reunió a los líderes de los países más ricos, varios de los Estados emergentes más importantes y dos muy pobres. Presentó un documento, negoció con dos o tres de los países más importantes, ignoró a la Asamblea General de Naciones Unidas, ofreció conferencias de prensa, y se marchó como Julio César en una de sus campañas victoriosas en Asia Menor, que lo llevó a exclamar: Llegué, vi y vencí.

El propio Gordon Brown, Primer Ministro del Reino Unido, había afirmado el 19 de octubre: “Si no llegamos a un acuerdo en el curso de los próximos meses, no debemos tener duda alguna de que, una vez que el crecimiento no controlado de las emisiones haya provocado daños, ningún acuerdo global retrospectivo en algún momento del futuro podrá deshacer tales efectos. Para ese entonces será irremisiblemente demasiado tarde.”

Brown concluyó su discurso con dramáticas palabras: “No podemos darnos el lujo de fracasar. Si fracasamos ahora, pagaremos un precio muy alto. Si actuamos ahora, si actuamos de conjunto, si actuamos con visión y determinación, el éxito en Copenhague estará todavía a nuestro alcance. Pero si fracasamos, el planeta Tierra estará en peligro, y para el planeta no existe un Plan B.”

Ahora declaró con arrogancia que la Organización de Naciones Unidas no debe ser tomada como rehén por un pequeño grupo de países como Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Tuvalu, a la vez que acusa a China, India, Brasil, Sudáfrica y otros Estados emergentes de ceder a las seducciones de Estados Unidos para suscribir un documento que lanza al cesto de basura el Protocolo de Kyoto y no contiene compromiso vinculante alguno por parte de Estados Unidos y sus aliados ricos.

Me veo obligado a recordar que la Organización de Naciones Unidas nació hace apenas seis décadas, después de la última Guerra Mundial. Los países independientes no rebasaban entonces la cifra de 50. Hoy la integran más de 190 Estados independientes, luego que el odioso sistema colonial dejó de existir por la lucha decidida de los pueblos. A la propia República Popular China durante muchos años se le negó su pertenencia a la o­nU, y un gobierno títere ostentaba su representación en esa institucióny en su privilegiado Consejo de Seguridad.

El apoyo tenaz del creciente número de países del Tercer Mundo fue indispensable en el reconocimiento internacional de China, y un factor de suma importancia para que Estados Unidos y sus aliados de la OTAN le reconocieran sus derechos en la Organización de Naciones Unidas.

En la heroica lucha contra el fascismo, la Unión Soviética había realizado el mayor aporte. Más de 25 millones de sus hijos murieron, y una enorme destrucción asoló el país. De esa lucha emergió como superpotencia capaz de contrapesar en parte el dominio absoluto del sistema imperial de Estados Unidos y las antiguas potencias coloniales para el saqueo ilimitado de los pueblos del Tercer Mundo. Cuando la URSS se desintegró, Estados Unidos extendió su poder político y militar hacia el Este, hasta el corazón de Rusia, y su influencia sobre el resto de Europa se incrementó. Nada de extraño tiene lo ocurrido en Copenhague.

Deseo subrayar lo injusto y ultrajante de las declaraciones del Primer Ministro del Reino Unido y el intento yanki de imponer, como Acuerdo de la Cumbre, un documento que en ningún momento fue discutido con los países participantes.

El Canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, en la conferencia de prensa ofrecida el 21 de diciembre, afirmó una verdad que es imposible negar;emplearé algunos de sus párrafos textuales: “Quisiera enfatizar que en Copenhague no hubo acuerdo alguno de la Conferencia de las Partes, no se tomó ninguna decisión con relación a compromisos vinculantes o no vinculantes, o de naturaleza de Derecho Internacional, en modo alguno; simplemente, en Copenhague no hubo acuerdo”

“La Cumbre fue un fracaso y un engaño a la opinión pública mundial. […] quedó al desnudo la falta de voluntad política…”

“…fue un paso atrás en la acción de la comunidad internacional para prevenir o mitigar los efectos del cambio climático…”

“…el promedio de la temperatura mundial podría aumentar en 5 grados…”

De inmediato nuestro Canciller añade otros datos de interés sobre las posibles consecuencias de acuerdo a las últimas investigaciones de la ciencia.

“…desde el Protocolo de Kyoto hasta la fecha las emisiones de los países desarrollados se elevaron 12,8%…y de ese volumen el 55% corresponde a Estados Unidos.”

“Un estadounidense consume, como promedio, 25 barriles de petróleo anuales, un europeo 11, un ciudadano chino menos de dos, y un latinoamericano o caribeño, menos de uno.”

“Treinta países, incluidos los de la Unión Europea, consumen el 80% del combustible que se produce.”

El hecho muy real es que los países desarrollados que suscribieron el Protocolo de Kyoto aumentaron drásticamente sus emisiones. Quieren sustituir ahora la base adoptada de las emisiones a partir de 1990 con la del 2005, con lo cual Estados Unidos, el máximo emisor, reduciría a solo 3% sus emisiones de 25 años antes. Es una desvergonzada burla a la opinión mundial.

El Canciller cubano, hablando en nombre de un grupo de países del ALBA, defendió a China, India, Brasil, Sudáfrica y otros importantes Estados de economía emergente, afirmando el concepto alcanzado en Kyoto de “‘responsabilidades comunes, pero diferenciadas, quiere decir que los acumuladores históricos y los países desarrollados, que son los responsables de esta catástrofe, tienen responsabilidades distintas a las de los pequeños Estados insulares o a las de los países del Sur, sobre todo los países menos desarrollados…”

“Responsabilidades quiere decir financiamiento; responsabilidades quiere decir transferencia de tecnología en condiciones aceptables, y entonces Obama hace un juego de palabras, y en vez de hablar de responsabilidades comunes pero diferenciadas, habla de ‘respuestas comunes, pero diferenciadas’.”

“…abandona el plenario sin dignarse a escuchar a nadie, ni había escuchado a nadie antes de su intervención.”

En una conferencia de prensa posterior, antes de abandonar la capital danesa, Obama afirma: “Hemos producido un sustancioso acuerdo sin precedente aquí en Copenhague. Por primera vez en la historia, las mayores economías hemos venido juntas a aceptar responsabilidades.”

En su clara e irrebatible exposición, nuestro Canciller afirma: “¿Qué quiere decir eso de que ‘las mayores economías hemos venido juntas a aceptar nuestras responsabilidades’? Quiere decir que están descargando un importante peso de la carga que significa el financiamiento para la mitigación y la adaptación de los países sobre todo del Sur al cambio climático, sobre China, Brasil, India y Sudáfrica; porque hay que decir que en Copenhague se produjo un asalto, un atraco contra China, Brasil, India, Sudáfrica y contra todos los países llamados eufemísticamente en desarrollo.”

Estas fueron las palabras contundentes e irrebatibles con las que nuestro Canciller relata lo sucedido en Copenhague.

Debo añadir que, cuando a las 10 de la mañana del día 19 de diciembre nuestro vicepresidente Esteban Lazo y el Canciller cubano se habían marchado, se produce el intento tardío de resucitar al muerto de Copenhague como un acuerdo de la Cumbre. En ese momento no quedaba prácticamente ningún Jefe de Estado ni apenas Ministros. De nuevo la denuncia de los restantes miembros de las delegaciones de Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua y otros países derrotaron la maniobra. Así finalizó la ingloriosa Cumbre.

Otro hecho que no puede olvidarse fue que en los momentos más críticos de ese día, en horas de la madrugada, el Canciller de Cuba, en unión de las delegaciones que libraban su digna batalla, le ofrecieron al Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, su cooperación en la lucha cada vez más dura que se estaba librando, y en los esfuerzos que deben llevarse a cabo en el futuro para preservar la vida de nuestra especie.

El grupo ecológico Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) advirtió que el cambio climático quedaría fuera de control en los próximos 5 a 10 años, si no se recortan drásticamente las emisiones.

Pero no hace falta demostrar lo esencial de lo que aquí se afirma sobre lo que hizo Obama.

El Presidente de Estados Unidos declaró el miércoles 23 de diciembre que las personas tienen razón en estar decepcionadas por el resultado de la Cumbre sobre el Cambio Climático. En entrevista por la cadena de televisión CBS, el mandatario indicó que “‘en vez de ver un total colapso, sin que hubiese hecho nada, lo que hubiera sido un gigante retroceso, al menos pudimos mantenernos más o menos donde estábamos’…”

Obama ―afirma el despacho noticioso― es el más criticado por aquellos países que, de forma casi unánime, sienten que el resultado de la Cumbre fue desastroso.

La o­nU ahora está en un aprieto. Pedirles a otros países que se adhieran al arrogante y antidemocrático acuerdo sería humillante para muchos Estados.

Continuar la batalla y exigir en todas las reuniones, particularmente las de Bonn y de México, el derecho de la humanidad a existir, con la moral y la fuerza que nos otorga la verdad, es a nuestro juicio el único camino.

Fidel Castro Ruz
Diciembre 26 de 2009
8 y 15 p.m.

El Polisario denuncia la detención de una joven tras visitar a Haidar



Imagen de Haidar en su casa. / Archivo


conflicto con el sáhara


El Polisario denuncia la detención de una joven tras visitar a Haidar

La saharaui afirma que los agentes la golpearon en repetidas ocasiones, la insultaron y la amenazaron con violarla

28.12.09 - 13:59 - EUROPA PRESS
MADRID

La joven saharaui Fatimetu Mint Rahel fue detenida y presuntamente torturada el pasado viernes por las fuerzas de seguridad marroquíes al intentar visitar la casa de la activista saharaui Aminetu Haidar en El Aaiún, según ha informado hoy el 'ministerio' de los Territorios Ocupados y de las Comunidades Saharauis en el Exterior de la autoproclamada República Arabe Saharaui Democrática (RASD) que lidera el Frente Polisario.

Según esta fuente, citada por la agencia saharaui SPS, Fatimetu fue arrestada y conducida a una comisaría de la Policía marroquí donde la interrogaron durante tres horas. La joven, según relató a la agencia el activista saharaui Hmad Hamad, salió de casa de Haidar "coreando lemas a favor del Frente Polisario y fue detenida".

La propia Fatimetu, según Hamad, le indicó que "los agentes la golpearon en repetidas ocasiones, la insultaron y la amenazaron con violarla". Según este defensor de los Derechos Humanos, que la visitó el domingo en su casa y que la encontró "muy asustada". La joven, añadió, presenta magulladuras y hematomas por todo el cuerpo.

Las preguntas de los agentes estuvieron destinadas "a conocer los motivos de la visita de la joven y sus relaciones con el Frente Polisario", a lo que Fatimetu respondió que quería "felicitar a Aminetu Haidar por su regreso", indicó Hamad.

El informe entregado a Garzón pedía buscar la fosa de Lorca a 430 metros del Parque de Alfacar (Granada)



GRANADA


El informe entregado a Garzón pedía buscar la fosa de Lorca a 430 metros del Parque de Alfacar (Granada)

El ex presidente de la asociación de la Memoria Histórica de Granada dice que "los restos del poeta, de estar, sólo pueden estar en las nueve fosas que hay en El Caracolar"

28.12.09 - 02:08 - QUICO CHIRINO quicochirino@ideal.es
GRANADA.

Enviar267 metros cuadrados se han excavado alrededor del olivo y el monolito que conmemora a Federico García Lorca, pero ninguna de las seis fosas que intuían los georradares ha aparecido. Sin embargo, actuar en este lugar concreto no era la primera opción que la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica (AGRMH) planteó hace más de un año en un informe entregado al juez Baltasar Garzón en la Audiencia Nacional.

Eso defiende el entonces presidente de la Asociación, el historiador Francisco González Arroyo, quien asegura que "había dos posibilidades, pero la primera opción era El Caracolar. De estar, Lorca sólo puede estar en una de las nueve fosas que había allí". González se refiere a un paraje situado a 430 metros del monolito de homenaje, un punto identificado en el informe con exactitud al otro lado de la carretera, dirección Víznar, pasados los chalés y por debajo de la acequia.

La opción de El Caracolar coincide con lo recogido por el periodista Molina Fajardo, quien entrevistó a Pedro Cuesta Hernández, miembro de las fuerzas que estaban al mando del capitán Nestares y que vigilaba a los presos la noche en que fusilaron a Lorca. Según éste, el poeta estaría enterrado antes de llegar a Fuente Grande, a la derecha, en una especie de pozo alargado.

Por su parte, González Arroyo añade el testimonio de Valentín Huete, quien vivía cerca de La Colonia y veía entrar y salir a las víctimas. Éste reveló a González que Lorca estaba "en aquellos olivos que hay delante de El Caracolar". Se trata de un marco de 200 metros cuadrados que requeriría de una excavación de similar envergadura o inferior a la que se ha efectuado. Pero parece difícil que se lleve a cabo después de que la Junta ya haya anunciado que no piensa "llenar Granada de agujeros".

http://www.ideal.es/granada/20091228/granada/informe-entregado-garzon-pedia-20091228.html#comentarios

domingo, 27 de diciembre de 2009

“Elimina” el ejército de Israel a seis palestinos



Denuncia la Autoridad Nacional Palestina una “peligrosa escalada de violencia” en la región

“Elimina” el ejército de Israel a seis palestinos




Mujeres oran por un pariente fallecido durante la ofensiva israelí contra la franja de Gaza, que costó la vida de al menos mil 400 palestinosFoto Reuters

Afp
Periódico La Jornada
Domingo 27 de diciembre de 2009, p. 17

Nablus, 26 de diciembre. El ejército de Israel mató este sábado a seis palestinos, tres en Cisjordania y tres en la franja de Gaza en la frontera con Israel, hecho que hace temer una nueva escalada de violencia.

Es la primera vez desde el final de la ofensiva que dejó mil 400 muertos en Gaza hace un año que perece un número tan elevado de palestinos en un solo día.

La Autoridad Nacional Palestina (ANP), de Mahmud Abbas, denunció una “peligrosa escalada de la violencia” israelí que “compromete” la seguridad y estabilidad instauradas en los dos últimos años por los servicios palestinos.

Tres civiles que recogían metal cerca de la barrera de seguridad que separa a la franja de Gaza de Israel murieron por disparos de israelíes, según fuentes palestinas.

Una portavoz de Tel Aviv informó que los tres palestinos tenían un “comportamiento sospechoso” y se aprestaban “a cometer un atentado terrorista en Israel”.

El movimiento islamita Hamas –rival de Fatah–, que controla la franja de Gaza, atribuyó en un comunicado la responsabilidad de las muertes a la ocupación israelí, y culpó a la ANP y sus servicios de seguridad de cooperar con Israel.

En esta ciudad, Ghassan Abu Charj, Raid Surakji y Anan Subuh fueron abatidos por las fuerzas especiales israelíes que penetraron en la zona autónoma palestina. Una mujer resultó herida.

“Son los tres terroristas que perpetraron el jueves pasado el atentado con arma de fuego que mató a un israelí”, un colono de 45 años, en esa región, declaró una portavoz del ejército israelí. “En base a las informaciones precisas del Shin Beth (servicio interior de seguridad israelí), nuestras fuerzas cercaron tres casas en Nablus donde se habían atrincherado y los eliminaron”, agregó.

Anan Subuh era un activista de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, un grupo armado vinculado a Fatah, el partido de Abbas. Los otros eran militantes de Fatah, según un responsable de los servicios de seguridad palestinos.

La portavoz del ejército israelí dijo que los tres palestinos estaban vinculados con los atentados contra Israel y se hallaron armas en las viviendas. No hubo intercambio de disparos. Los soldados israelíes que llegaron a bordo de decenas de vehículos partieron hacia las ocho de la noche local.

Según sus familias, los tres palestinos fueron abatidos a sangre fría, sin advertencia. Fueron enterrados hoy en presencia de miles de personas, mientras se decretaba una huelga de 24 horas en Nablus.

El jueves, un colono israelí, maestro de una escuela religiosa y padre de siete niños, fue hallado muerto en su vehículo acribillado a balas en una ruta entre las colonias israelíes de Einav y Shavei Shomron, cerca de Nablus.

El ataque con armas automáticas fue reivindicado por el grupo Imad Mughnieh de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa.

Respuesta de la poetisa a la muy ilustre




Convento de San Jerónimo (actual Universidad del Claustro de Sor Juana)
Comprende la manzana ubicada entre las calles Izazaga, Isabel la Católica, San Jerónimo y 5 de Febrero, Colonia Centro, México DF.
S XVI-XVII Arquitectura Virreinal
 

Sor Juana Inés de la Cruz

Respuesta de la poetisa a la muy ilustre
Sor Filotea de la Cruz


MUY ILUSTRE Señora, mi Señora: No mi voluntad, mi poca salud y mi justo temor han suspendido tantos días mi respuesta. ¿Qué mucho si, al primer paso, encontraba para tropezar mi torpe pluma dos imposibles? El primero (y para mí el más riguroso) es saber responder a vuestra doctísima, discretísima, santísima y amorosísima carta. Y si veo que preguntado el Ángel de las Escuelas, Santo Tomás, de su silencio con Alberto Magno, su maestro, respondió que callaba porque nada sabía decir digno de Alberto, con cuánta mayor razón callaría, no como el Santo, de humildad, sino que en la realidad es no saber algo digno de vos. El segundo imposible es saber agradeceros tan excesivo como no esperado favor, de dar a las prensas mis borrones: merced tan sin medida que aun se le pasara por alto a la esperanza más ambiciosa y al deseo más fantástico; y que ni aun como ente de razón pudiera caber en mis pensamientos; y en fin, de tal magnitud que no sólo no se puede estrechar a lo limitado de las voces, pero excede a la capacidad del agradecimiento, tanto por grande como por no esperado, que es lo que dijo Quintiliano: Minorem spei, maiorem benefacti gloriam pereunt. Y tal que enmudecen al beneficiado.

Cuando la felizmente estéril para ser milagrosamente fecunda, madre del Bautista vio en su casa tan desproporcionada visita como la Madre del Verbo, se le entorpeció el entendimiento y se le suspendió el discurso; y así, en vez de agradecimientos, prorrumpió en dudas y preguntas: Et unde hoc mihi? ¿De dónde a mí viene tal cosa? Lo mismo sucedió a Saúl cuando se vio electo y ungido rey de Israel: Numquid non filius Iemini ego sum de minima tribu Israel, et cognatio mea novissima inter omnes de tribu Beniamin? Quare igitur locutus es mihi sermonem istum? Así yo diré: ¿de dónde, venerable Señora, de dónde a mí tanto favor? ¿Por ventura soy más que una pobre monja, la más mínima criatura del mundo y la más indigna de ocupar vuestra atención? ¿Pues quare locutus es mihi sermonem istum? ¿Et unde hoc mihi?

Ni al primer imposible tengo más que responder que no ser nada digno de vuestros ojos; ni al segundo más que admiraciones, en vez de gracias, diciendo que no soy capaz de agradeceros la más mínima parte de lo que os debo. No es afectada modestia, Señora, sino ingenua verdad de toda mi alma, que al llegar a mis manos, impresa, la carta que vuestra propiedad llamó Atenagórica, prorrumpí (con no ser esto en mí muy fácil) en lágrimas de confusión, porque me pareció que vuestro favor no era más que una reconvención que Dios hace a lo mal que le correspondo; y que como a otros corrige con castigos, a mí me quiere reducir a fuerza de beneficios. Especial favor de que conozco ser su deudora, como de otros infinitos de su inmensa bondad; pero también especial modo de avergonzarme y confundirme: que es más primoroso medio de castigar hacer que yo misma, con mi conocimiento, sea el juez que me sentencie y condene mi ingratitud. Y así, cuando esto considero acá a mis solas, suelo decir: Bendito seáis vos, Señor, que no sólo no quisisteis en manos de otra criatura el juzgarme, y que ni aun en la mía lo pusisteis, sino que lo reservasteis a la vuestra, y me librasteis a mí de mí y de la sentencia que yo misma me daría --que, forzada de mi propio conocimiento, no pudiera ser menos que de condenación--, y vos la reservasteis a vuestra misericordia, porque me amáis más de lo que yo me puedo amar.

Perdonad, Señora mía, la digresión que me arrebató la fuerza de la verdad; y si la he de confesar toda, también es buscar efugios para huir la dificultad de responder, y casi me he determinado a dejarlo al silencio; pero como éste es cosa negativa, aunque explica mucho con el énfasis de no explicar, es necesario ponerle algún breve rótulo para que se entienda lo que se pretende que el silencio diga; y si no, dirá nada el silencio, porque ése es su propio oficio: decir nada. Fue arrebatado el Sagrado Vaso de Elección al tercer Cielo, y habiendo visto los arcanos secretos de Dios dice: Audivit arcana Dei, quae no licet homini loqui. No dice lo que vio, pero dice que no lo puede decir; de manera que aquellas cosas que no se pueden decir, es menester decir siquiera que no se pueden decir, para que se entienda que el callar no es no haber qué decir, sino no caber en las voces lo mucho que hay que decir. Dice San Juan que si hubiera de escribir todas las maravillas que obró nuestro Redentor, no cupieran en todo el mundo los libros; y dice Vieyra, sobre este lugar, que en sola esta cláusula dijo más el Evangelista que en todo cuanto escribió; y dice muy bien el Fénix Lusitano (pero ¿cuándo no dice bien, aun cuando no dice bien?), porque aquí dice San Juan todo lo que dejó de decir y expresó lo que dejó de expresar. Así, yo, Señora mía, sólo responderé que no sé qué responder; sólo agradeceré diciendo que no soy capaz de agradeceros; y diré, por breve rótulo de lo que dejo al silencio, que sólo con la confianza de favorecida y con los valimientos de honrada, me puedo atrever a hablar con vuestra grandeza. Si fuere necedad, perdonadla, pues es alhaja de la dicha, y en ella ministraré yo más materia a vuestra benignidad y vos daréis mayor forma a mi reconocimiento.

No se hallaba digno Moisés, por balbuciente, para hablar con Faraón, y, después, el verse tan favorecido de Dios, le infunde tales alientos, que no sólo habla con el mismo Dios, sino que se atreve a pedirle imposibles: Ostende mihi faciem tuam. Pues así yo, Señora mía, ya no me parecen imposibles los que puse al principio, a vista de lo que me favorecéis; porque quien hizo imprimir la Carta tan sin noticia mía, quien la intituló, quien la costeó, quien la honró tanto (siendo de todo indigna por sí y por su autora), ¿qué no hará?, ¿qué no perdonará?, ¿qué dejará de hacer y qué dejará de perdonar? Y así, debajo del supuesto de que hablo con el salvoconducto de vuestros favores y debajo del seguro de vuestra benignidad, y de que me habéis, como otro Asuero, dado a besar la punta del cetro de oro de vuestro cariño en señal de concederme benévola licencia para hablar y proponer en vuestra venerable presencia, digo que recibo en mi alma vuestra santísima amonestación de aplicar el estudio a Libros Sagrados, que aunque viene en traje de consejo, tendrá para mí sustancia de precepto; con no pequeño consuelo de que aun antes parece que prevenía mi obediencia vuestra pastoral insinuación, como a vuestra dirección, inferido del asunto y pruebas de la misma Carta. Bien conozco que no cae sobre ella vuestra cuerdísima advertencia, sino sobre lo mucho que habréis visto de asuntos humanos que he escrito; y así, lo que he dicho no es más que satisfaceros con ella a la falta de aplicación que habréis inferido (con mucha razón) de otros escritos míos. Y hablando con más especialidad os confieso, con la ingenuidad que ante vos es debida y con la verdad y claridad que en mí siempre es natural y costumbre, que el no haber escrito mucho de asuntos sagrados no ha sido desafición, ni de aplicación la falta, sino sobra de temor y reverencia debida a aquellas Sagradas Letras, para cuya inteligencia yo me conozco tan incapaz y para cuyo manejo soy tan indigna; resonándome siempre en los oídos, con no pequeño horror, aquella amenaza y prohibición del Señor a los pecadores como yo: Quare tu enarras iustitias meas, et assumis testamentum meum per os tuum? Esta pregunta y el ver que aun a los varones doctos se prohibía el leer los Cantares hasta que pasaban de treinta años, y aun el Génesis: éste por su oscuridad, y aquéllos porque de la dulzura de aquellos epitalamios no tomase ocasión la imprudente juventud de mudar el sentido en carnales afectos. Compruébalo mi gran Padre San Jerónimo, mandando que sea esto lo último que se estudie, por la misma razón: Ad ultimum sine periculo discat Canticum Canticorum, ne si in exordio legerit, sub carnalibus verbis spiritualium nuptiarum Epithalamium non intelligens, vulneretur; y Séneca dice: Teneris in annis haut clara est fides. Pues ¿cómo me atreviera yo a tomarlo en mis indignas manos, repugnándolo el sexo, la edad y sobre todo las costumbres? Y así confieso que muchas veces este temor me ha quitado la pluma de la mano y ha hecho retroceder los asuntos hacia el mismo entendimiento de quien querían brotar; el cual inconveniente no topaba en los asuntos profanos, pues una herejía contra el arte no la castiga el Santo Oficio, sino los discretos con risa y los críticos con censura; y ésta, iusta vel iniusta, timenda non est, pues deja comulgar y oír misa, por lo cual me da poco o ningún cuidado; porque, según la misma decisión de los que lo calumnian, ni tengo obligación para saber ni aptitud para acertar; luego, si lo yerro, ni es culpa ni es descrédito. No es culpa, porque no tengo obligación; no es descrédito, pues no tengo posibilidad de acertar, y ad impossibilia nemo tenetur. Y, a la verdad, yo nunca he escrito sino violentada y forzada y sólo por dar gusto a otros; no sólo sin complacencia, sino con positiva repugnancia, porque nunca he juzgado de mí que tenga el caudal de letras e ingenio que pide la obligación de quien escribe; y así, es la ordinaria respuesta a los que me instan, y más si es asunto sagrado: ¿Qué entendimiento tengo yo, qué estudio, qué materiales, ni qué noticias para eso, sino cuatro bachillerías superficiales? Dejen eso para quien lo entienda, que yo no quiero ruido con el Santo Oficio, que soy ignorante y tiemblo de decir alguna proposición malsonante o torcer la genuina inteligencia de algún lugar. Yo no estudio para escribir, ni menos para enseñar (que fuera en mí desmedida soberbia), sino sólo por ver si con estudiar ignoro menos. Así lo respondo y así lo siento.

El escribir nunca ha sido dictamen propio, sino fuerza ajena; que les pudiera decir con verdad: Vos me coegistis. Lo que sí es verdad que no negaré (lo uno porque es notorio a todos, y lo otro porque, aunque sea contra mí, me ha hecho Dios la merced de darme grandísimo amor a la verdad) que desde que me rayó la primera luz de la razón, fue tan vehemente y poderosa la inclinación a las letras, que ni ajenas reprensiones --que he tenido muchas--, ni propias reflejas --que he hecho no pocas--, han bastado a que deje de seguir este natural impulso que Dios puso en mí: Su Majestad sabe por qué y para qué; y sabe que le he pedido que apague la luz de mi entendimiento dejando sólo lo que baste para guardar su Ley, pues lo demás sobra, según algunos, en una mujer; y aun hay quien diga que daña. Sabe también Su Majestad que no consiguiendo esto, he intentado sepultar con mi nombre mi entendimiento, y sacrificársele sólo a quien me le dio; y que no otro motivo me entró en religión, no obstante que al desembarazo y quietud que pedía mi estudiosa intención eran repugnantes los ejercicios y compañía de una comunidad; y después, en ella, sabe el Señor, y lo sabe en el mundo quien sólo lo debió saber, lo que intenté en orden a esconder mi nombre, y que no me lo permitió, diciendo que era tentación; y sí sería. Si yo pudiera pagaros algo de lo que os debo, Señora mía, creo que sólo os pagara en contaros esto, pues no ha salido de mi boca jamás, excepto para quien debió salir. Pero quiero que con haberos franqueado de par en par las puertas de mi corazón, haciéndoos patentes sus más sellados secretos, conozcáis que no desdice de mi confianza lo que debo a vuestra venerable persona y excesivos favores.

Prosiguiendo en la narración de mi inclinación, de que os quiero dar entera noticia, digo que no había cumplido los tres años de mi edad cuando enviando mi madre a una hermana mía, mayor que yo, a que se enseñase a leer en una de las que llaman Amigas, me llevó a mí tras ella el cariño y la travesura; y viendo que la daban lección, me encendí yo de manera en el deseo de saber leer, que engañando, a mi parecer, a la maestra, la dije que mi madre ordenaba me diese lección. Ella no lo creyó, porque no era creíble; pero, por complacer al donaire, me la dio. Proseguí yo en ir y ella prosiguió en enseñarme, ya no de burlas, porque la desengañó la experiencia; y supe leer en tan breve tiempo, que ya sabía cuando lo supo mi madre, a quien la maestra lo ocultó por darle el gusto por entero y recibir el galardón por junto; y yo lo callé, creyendo que me azotarían por haberlo hecho sin orden. Aún vive la que me enseñó (Dios la guarde), y puede testificarlo.

Acuérdome que en estos tiempos, siendo mi golosina la que es ordinaria en aquella edad, me abstenía de comer queso, porque oí decir que hacía rudos, y podía conmigo más el deseo de saber que el de comer, siendo éste tan poderoso en los niños. Teniendo yo después como seis o siete años, y sabiendo ya leer y escribir, con todas las otras habilidades de labores y costuras que deprenden las mujeres, oí decir que había Universidad y Escuelas en que se estudiaban las ciencias, en Méjico; y apenas lo oí cuando empecé a matar a mi madre con instantes e importunos ruegos sobre que, mudándome el traje, me enviase a Méjico, en casa de unos deudos que tenía, para estudiar y cursar la Universidad; ella no lo quiso hacer, e hizo muy bien, pero yo despiqué el deseo en leer muchos libros varios que tenía mi abuelo, sin que bastasen castigos ni reprensiones a estorbarlo; de manera que cuando vine a Méjico, se admiraban, no tanto del ingenio, cuanto de la memoria y noticias que tenía en edad que parecía que apenas había tenido tiempo para aprender a hablar.

Empecé a deprender gramática, en que creo no llegaron a veinte las lecciones que tomé; y era tan intenso mi cuidado, que siendo así que en las mujeres --y más en tan florida juventud-- es tan apreciable el adorno natural del cabello, yo me cortaba de él cuatro o seis dedos, midiendo hasta dónde llegaba antes, e imponiéndome ley de que si cuando volviese a crecer hasta allí no sabía tal o tal cosa que me había propuesto deprender en tanto que crecía, me lo había de volver a cortar en pena de la rudeza. Sucedía así que él crecía y yo no sabía lo propuesto, porque el pelo crecía aprisa y yo aprendía despacio, y con efecto le cortaba en pena de la rudeza: que no me parecía razón que estuviese vestida de cabellos cabeza que estaba tan desnuda de noticias, que era más apetecible adorno. Entréme religiosa, porque aunque conocía que tenía el estado cosas (de las accesorias hablo, no de las formales), muchas repugnantes a mi genio, con todo, para la total negación que tenía al matrimonio, era lo menos desproporcionado y lo más decente que podía elegir en materia de la seguridad que deseaba de mi salvación; a cuyo primer respeto (como al fin más importante) cedieron y sujetaron la cerviz todas las impertinencillas de mi genio, que eran de querer vivir sola; de no querer tener ocupación obligatoria que embarazase la libertad de mi estudio, ni rumor de comunidad que impidiese el sosegado silencio de mis libros. Esto me hizo vacilar algo en la determinación, hasta que alumbrándome personas doctas de que era tentación, la vencí con el favor divino, y tomé el estado que tan indignamente tengo. Pensé yo que huía de mí misma, pero ¡miserable de mí! trájeme a mí conmigo y traje mi mayor enemigo en esta inclinación, que no sé determinar si por prenda o castigo me dio el Cielo, pues de apagarse o embarazarse con tanto ejercicio que la religión tiene, reventaba como pólvora, y se verificaba en mí el privatio est causa appetitus.

Volví (mal dije, pues nunca cesé); proseguí, digo, a la estudiosa tarea (que para mí era descanso en todos los ratos que sobraban a mi obligación) de leer y más leer, de estudiar y más estudiar, sin más maestro que los mismos libros. Ya se ve cuán duro es estudiar en aquellos caracteres sin alma, careciendo de la voz viva y explicación del maestro; pues todo este trabajo sufría yo muy gustosa por amor de las letras. ¡Oh, si hubiese sido por amor de Dios, que era lo acertado, cuánto hubiera merecido! Bien que yo procuraba elevarlo cuanto podía y dirigirlo a su servicio, porque el fin a que aspiraba era a estudiar Teología, pareciéndome menguada inhabilidad, siendo católica, no saber todo lo que en esta vida se puede alcanzar, por medios naturales, de los divinos misterios; y que siendo monja y no seglar, debía, por el estado eclesiástico, profesar letras; y más siendo hija de un San Jerónimo y de una Santa Paula, que era degenerar de tan doctos padres ser idiota la hija. Esto me proponía yo de mí misma y me parecía razón; si no es que era (y eso es lo más cierto) lisonjear y aplaudir a mi propia inclinación, proponiéndola como obligatorio su propio gusto.

Con esto proseguí, dirigiendo siempre, como he dicho, los pasos de mi estudio a la cumbre de la Sagrada Teología; pareciéndome preciso, para llegar a ella, subir por los escalones de las ciencias y artes humanas; porque ¿cómo entenderá el estilo de la Reina de las Ciencias quien aun no sabe el de las ancilas? ¿Cómo sin Lógica sabría yo los métodos generales y particulares con que está escrita la Sagrada Escritura? ¿Cómo sin Retórica entendería sus figuras, tropos y locuciones? ¿Cómo sin Física, tantas cuestiones naturales de las naturalezas de los animales de los sacrificios, donde se simbolizan tantas cosas ya declaradas, y otras muchas que hay? ¿Cómo si el sanar Saúl al sonido del arpa de David fue virtud y fuerza natural de la música, o sobrenatural que Dios quiso poner en David? ¿Cómo sin Aritmética se podrán entender tantos cómputos de años, de días, de meses, de horas, de hebdómadas tan misteriosas como las de Daniel, y otras para cuya inteligencia es necesario saber las naturalezas, concordancias y propiedades de los números? ¿Cómo sin Geometría se podrán medir el Arca Santa del Testamento y la Ciudad Santa de Jerusalén, cuyas misteriosas mensuras hacen un cubo con todas sus dimensiones, y aquel repartimiento proporcional de todas sus partes tan maravilloso? ¿Cómo sin Arquitectura, el gran Templo de Salomón, donde fue el mismo Dios el artífice que dio la disposición y la traza, y el Sabio Rey sólo fue sobrestante que la ejecutó; donde no había basa sin misterio, columna sin símbolo, cornisa sin alusión, arquitrabe sin significado; y así de otras sus partes, sin que el más mínimo filete estuviese sólo por el servicio y complemento del Arte, sino simbolizando cosas mayores? ¿Cómo sin grande conocimiento de reglas y partes de que consta la Historia se entenderán los libros historiales? Aquellas recapitulaciones en que muchas veces se pospone en la narración lo que en el hecho sucedió primero. ¿Cómo sin grande noticia de ambos Derechos podrán entenderse los libros legales? ¿Cómo sin grande erudición tantas cosas de historias profanas, de que hace mención la Sagrada Escritura; tantas costumbres de gentiles, tantos ritos, tantas maneras de hablar? ¿Cómo sin muchas reglas y lección de Santos Padres se podrá entender la oscura locución de los Profetas? Pues sin ser muy perito en la Música, ¿cómo se entenderán aquellas proporciones musicales y sus primores que hay en tantos lugares, especialmente en aquellas peticiones que hizo a Dios Abraham, por las Ciudades, de que si perdonaría habiendo cincuenta justos, y de este número bajó a cuarenta y cinco, que es sesquinona y es como de mi a re; de aquí a cuarenta, que es sesquioctava y es como de re a mi; de aquí a treinta, que es sesquitercia, que es la del diatesarón; de aquí a veinte, que es la proporción sesquiáltera, que es la del diapente; de aquí a diez, que es la dupla, que es el diapasón; y como no hay más proporciones armónicas no pasó de ahí? Pues ¿cómo se podrá entender esto sin Música? Allá en el Libro de Job le dice Dios: Numquid coniungere valebis micantes stellas Pleiadas, aut gyrum Arcturi poteris dissipare? Numquid producis Luciferum in tempore suo, et Vesperum super filios terrae consurgere facis?, cuyos términos, sin noticia de Astrología, será imposible entender. Y no sólo estas nobles ciencias; pero no hay arte mecánica que no se mencione. Y en fin, cómo el Libro que comprende todos los libros, y la Ciencia en que se incluyen todas las ciencias, para cuya inteligencia todas sirven; y después de saberlas todas (que ya se ve que no es fácil, ni aun posible) pide otra circunstancia más que todo lo dicho, que es una continua oración y pureza de vida, para impetrar de Dios aquella purgación de ánimo e iluminación de mente que es menester para la inteligencia de cosas tan altas; y si esto falta, nada sirve de lo demás.

Del Angélico Doctor Santo Tomás dice la Iglesia estas palabras: In difficultatibus locorum Sacrae Scripturae ad orationem ieiunium adhibebat. Quin etiam sodali suo Fratri Reginaldo dicere solebat, quidquid sciret, non tam studio, aut labore suo peperisse, quam divinitus traditum accepisse. Pues yo, tan distante de la virtud y las letras, ¿cómo había de tener ánimo para escribir? Y así por tener algunos principios granjeados, estudiaba continuamente diversas cosas, sin tener para alguna particular inclinación, sino para todas en general; por lo cual, el haber estudiado en unas más que en otras, no ha sido en mí elección, sino que el acaso de haber topado más a mano libros de aquellas facultades les ha dado, sin arbitrio mío, la preferencia. Y como no tenía interés que me moviese, ni límite de tiempo que me estrechase el continuado estudio de una cosa por la necesidad de los grados, casi a un tiempo estudiaba diversas cosas o dejaba unas por otras; bien que en eso observaba orden, porque a unas llamaba estudio y a otras diversión; y en éstas descansaba de las otras: de donde se sigue que he estudiado muchas cosas y nada sé, porque las unas han embarazado a las otras. Es verdad que esto digo de la parte práctica en las que la tienen, porque claro está que mientras se mueve la pluma descansa el compás y mientras se toca el arpa sosiega el órgano, et sic de caeteris; porque como es menester mucho uso corporal para adquirir hábito, nunca le puede tener perfecto quien se reparte en varios ejercicios; pero en lo formal y especulativo sucede al contrario, y quisiera yo persuadir a todos con mi experiencia a que no sólo no estorban, pero se ayudan dando luz y abriendo camino las unas para las otras, por variaciones y ocultos engarces —que para esta cadena universal les puso la sabiduría de su Autor—, de manera que parece se corresponden y están unidas con admirable trabazón y concierto. Es la cadena que fingieron los antiguos que salía de la boca de Júpiter, de donde pendían todas las cosas eslabonadas unas con otras. Así lo demuestra el R. P. Atanasio Quirqueiro en su curioso libro De Magnete. Todas las cosas salen de Dios, que es el centro a un tiempo y la circunferencia de donde salen y donde paran todas las líneas criadas.

Yo de mí puedo asegurar que lo que no entiendo en un autor de una facultad, lo suelo entender en otro de otra que parece muy distante; y esos propios, al explicarse, abren ejemplos metafóricos de otras artes: como cuando dicen los lógicos que el medio se ha con los términos como se ha una medida con dos cuerpos distantes, para conferir si son iguales o no; y que la oración del lógico anda como la línea recta, por el camino más breve, y la del retórico se mueve, como la corva, por el más largo, pero van a un mismo punto los dos; y cuando dicen que los expositores son como la mano abierta y los escolásticos como el puño cerrado. Y así no es disculpa, ni por tal la doy, el haber estudiado diversas cosas, pues éstas antes se ayudan, sino que el no haber aprovechado ha sido ineptitud mía y debilidad de mi entendimiento, no culpa de la variedad. Lo que sí pudiera ser descargo mío es el sumo trabajo no sólo en carecer de maestro, sino de condiscípulos con quienes conferir y ejercitar lo estudiado, teniendo sólo por maestro un libro mudo, por condiscípulo un tintero insensible; y en vez de explicación y ejercicio muchos estorbos, no sólo los de mis religiosas obligaciones (que éstas ya se sabe cuán útil y provechosamente gastan el tiempo) sino de aquellas cosas accesorias de una comunidad: como estar yo leyendo y antojárseles en la celda vecina tocar y cantar; estar yo estudiando y pelear dos criadas y venirme a constituir juez de su pendencia; estar yo escribiendo y venir una amiga a visitarme, haciéndome muy mala obra con muy buena voluntad, donde es preciso no sólo admitir el embarazo, pero quedar agradecida del perjuicio. Y esto es continuamente, porque como los ratos que destino a mi estudio son los que sobran de lo regular de la comunidad, esos mismos les sobran a las otras para venirme a estorbar; y sólo saben cuánta verdad es ésta los que tienen experiencia de vida común, donde sólo la fuerza de la vocación puede hacer que mi natural esté gustoso, y el mucho amor que hay entre mí y mis amadas hermanas, que como el amor es unión, no hay para él extremos distantes.

En esto sí confieso que ha sido inexplicable mi trabajo; y así no puedo decir lo que con envidia oigo a otros: que no les ha costado afán el saber. ¡Dichosos ellos! A mí, no el saber (que aún no sé), sólo el desear saber me le ha costado tan grande que pudiera decir con mi Padre San Jerónimo (aunque no con su aprovechamiento): Quid ibi laboris insumpserim, quid sustinuerim difficultatis, quoties desperaverim, quotiesque cessaverim et contentione discendi rursus inceperim; testis est conscientia, tam mea, qui passus sum, quam eorum qui mecum duxerunt vitam. Menos los compañeros y testigos (que aun de ese alivio he carecido), lo demás bien puedo asegurar con verdad. ¡Y que haya sido tal esta mi negra inclinación, que todo lo haya vencido!

Solía sucederme que, como entre otros beneficios, debo a Dios un natural tan blando y tan afable y las religiosas me aman mucho por él (sin reparar, como buenas, en mis faltas) y con esto gustan mucho de mi compañía, conociendo esto y movida del grande amor que las tengo, con mayor motivo que ellas a mí, gusto más de la suya: así, me solía ir los ratos que a unas y a otras nos sobraban, a consolarlas y recrearme con su conversación. Reparé que en este tiempo hacía falta a mi estudio, y hacía voto de no entrar en celda alguna si no me obligase a ello la obediencia o la caridad: porque, sin este freno tan duro, al de sólo propósito le rompiera el amor; y este voto (conociendo mi fragilidad) le hacía por un mes o por quince días; y dando cuando se cumplía, un día o dos de treguas, lo volvía a renovar, sirviendo este día, no tanto a mi descanso (pues nunca lo ha sido para mí el no estudiar) cuanto a que no me tuviesen por áspera, retirada e ingrata al no merecido cariño de mis carísimas hermanas.

Bien se deja en esto conocer cuál es la fuerza de mi inclinación. Bendito sea Dios que quiso fuese hacia las letras y no hacia otro vicio, que fuera en mí casi insuperable; y bien se infiere también cuán contra la corriente han navegado (o por mejor decir, han naufragado) mis pobres estudios. Pues aún falta por referir lo más arduo de las dificultades; que las de hasta aquí sólo han sido estorbos obligatorios y casuales, que indirectamente lo son; y faltan los positivos que directamente han tirado a estorbar y prohibir el ejercicio. ¿Quién no creerá, viendo tan generales aplausos, que he navegado viento en popa y mar en leche, sobre las palmas de las aclamaciones comunes? Pues Dios sabe que no ha sido muy así, porque entre las flores de esas mismas aclamaciones se han levantado y despertado tales áspides de emulaciones y persecuciones, cuantas no podré contar, y los que más nocivos y sensibles para mí han sido, no son aquéllos que con declarado odio y malevolencia me han perseguido, sino los que amándome y deseando mi bien (y por ventura, mereciendo mucho con Dios por la buena intención), me han mortificado y atormentado más que los otros, con aquel: "No conviene a la santa ignorancia que deben, este estudio; se ha de perder, se ha de desvanecer en tanta altura con su misma perspicacia y agudeza". ¿Qué me habrá costado resistir esto? ¡Rara especie de martirio donde yo era el mártir y me era el verdugo!

Pues por la --en mí dos veces infeliz-- habilidad de hacer versos, aunque fuesen sagrados, ¿qué pesadumbres no me han dado o cuáles no me han dejado de dar? Cierto, señora mía, que algunas veces me pongo a considerar que el que se señala --o le señala Dios, que es quien sólo lo puede hacer-- es recibido como enemigo común, porque parece a algunos que usurpa los aplausos que ellos merecen o que hace estanque de las admiraciones a que aspiraban, y así le persiguen.

Aquella ley políticamente bárbara de Atenas, por la cual salía desterrado de su república el que se señalaba en prendas y virtudes porque no tiranizase con ellas la libertad pública, todavía dura, todavía se observa en nuestros tiempos, aunque no hay ya aquel motivo de los atenienses; pero hay otro, no menos eficaz aunque no tan bien fundado, pues parece máxima del impío Maquiavelo: que es aborrecer al que se señala porque desluce a otros. Así sucede y así sucedió siempre.

Y si no, ¿cuál fue la causa de aquel rabioso odio de los fariseos contra Cristo, habiendo tantas razones para lo contrario? Porque si miramos su presencia, ¿cuál prenda más amable que aquella divina hermosura? ¿Cuál más poderosa para arrebatar los corazones? Si cualquiera belleza humana tiene jurisdicción sobre los albedríos y con blanda y apetecida violencia los sabe sujetar, ¿qué haría aquélla con tantas prerrogativas y dotes soberanos? ¿Qué haría, qué movería y qué no haría y qué no movería aquella incomprensible beldad, por cuyo hermoso rostro, como por un terso cristal, se estaban transparentando los rayos de la Divinidad? ¿Qué no movería aquel semblante, que sobre incomparables perfecciones en lo humano, señalaba iluminaciones de divino? Si el de Moisés, de sólo la conversación con Dios, era intolerable a la flaqueza de la vista humana, ¿qué sería el del mismo Dios humanado? Pues si vamos a las demás prendas, ¿cuál más amable que aquella celestial modestia, que aquella suavidad y blandura derramando misericordias en todos sus movimientos, aquella profunda humildad y mansedumbre, aquellas palabras de vida eterna y eterna sabiduría? Pues ¿cómo es posible que esto no les arrebatara las almas, que no fuesen enamorados y elevados tras él?

Dice la Santa Madre y madre mía Teresa, que después que vio la hermosura de Cristo quedó libre de poderse inclinar a criatura alguna, porque ninguna cosa veía que no fuese fealdad, comparada con aquella hermosura. Pues ¿cómo en los hombres hizo tan contrarios efectos? Y ya que como toscos y viles no tuvieran conocimiento ni estimación de sus perfecciones, siquiera como interesables ¿no les moviera sus propias conveniencias y utilidades en tantos beneficios como les hacía, sanando los enfermos, resucitando los muertos, curando los endemoniados? Pues ¿cómo no le amaban? ¡Ay Dios, que por eso mismo no le amaban, por eso mismo le aborrecían! Así lo testificaron ellos mismos.

Júntanse en su concilio y dicen: Quid facimus, quia hic homo multa signa facit? ¿Hay tal causa? Si dijeran: éste es un malhechor, un transgresor de la ley, un alborotador que con engaños alborota el pueblo, mintieran, como mintieron cuando lo decían; pero eran causales más congruentes a lo que solicitaban, que era quitarle la vida; mas dar por causal que hace cosas señaladas, no parece de hombres doctos, cuales eran los fariseos. Pues así es, que cuando se apasionan los hombres doctos prorrumpen en semejantes inconsecuencias. En verdad que sólo por eso salió determinado que Cristo muriese. Hombres, si es que así se os puede llamar, siendo tan brutos, ¿por qué es esa tan cruel determinación? No responden más sino que multa signa facit. ¡Válgame Dios, que el hacer cosas señaladas es causa para que uno muera! Haciendo reclamo este multa signa facit a aquel: radix Iesse, qui stat in signum populorum, y al otro: in signum cui contradicetur. ¿Por signo? ¡Pues muera! ¿Señalado? ¡Pues padezca, que eso es el premio de quien se señala!

Suelen en la eminencia de los templos colocarse por adorno unas figuras de los Vientos y de la Fama, y por defenderlas de las aves, las llenan todas de púas; defensa parece y no es sino propiedad forzosa: no puede estar sin púas que la puncen quien está en alto. Allí está la ojeriza del aire; allí es el rigor de los elementos; allí despican la cólera los rayos; allí es el blanco de piedras y flechas. ¡Oh infeliz altura, expuesta a tantos riesgos! ¡Oh signo que te ponen por blanco de la envidia y por objeto de la contradicción! Cualquiera eminencia, ya sea de dignidad, ya de nobleza, ya de riqueza, ya de hermosura, ya de ciencia, padece esta pensión; pero la que con más rigor la experimenta es la del entendimiento. Lo primero, porque es el más indefenso, pues la riqueza y el poder castigan a quien se les atreve, y el entendimiento no, pues mientras es mayor es más modesto y sufrido y se defiende menos. Lo segundo es porque, como dijo doctamente Gracián, las ventajas en el entendimiento lo son en el ser. No por otra razón es el ángel más que el hombre que porque entiende más; no es otro el exceso que el hombre hace al bruto, sino solo entender; y así como ninguno quiere ser menos que otro, así ninguno confiesa que otro entiende más, porque es consecuencia del ser más. Sufrirá uno y confesará que otro es más noble que él, que es más rico, que es más hermoso y aun que es más docto; pero que es más entendido apenas habrá quien lo confiese: Rarus est, qui velit cedere ingenio. Por eso es tan eficaz la batería contra esta prenda.

Cuando los soldados hicieron burla, entretenimiento y diversión de Nuestro Señor Jesucristo, trajeron una púrpura vieja y una caña hueca y una corona de espinas para coronarle por rey de burlas. Pues ahora, la caña y la púrpura eran afrentosas, pero no dolorosas; pues ¿por qué sólo la corona es dolorosa? ¿No basta que, como las demás insignias, fuese de escarnio e ignominia, pues ése era el fin? No, porque la sagrada cabeza de Cristo y aquel divino cerebro eran depósito de la sabiduría; y cerebro sabio en el mundo no basta que esté escarnecido, ha de estar también lastimado y maltratado; cabeza que es erario de sabiduría no espere otra corona que de espinas. ¿Cuál guirnalda espera la sabiduría humana si ve la que obtuvo la divina? Coronaba la soberbia romana las diversas hazañas de sus capitanes también con diversas coronas: ya con la cívica al que defendía al ciudadano; ya con la castrense al que entraba en los reales enemigos; ya con la mural al que escalaba el muro; ya con la obsidional al que libraba la ciudad cercada o el ejército sitiado o el campo o en los reales; ya con la naval, ya con la oval, ya con la triunfal otras hazañas, según refieren Plinio y Aulo Gelio; mas viendo yo tantas diferencias de coronas, dudaba de cuál especie sería la de Cristo, y me parece que fue obsidional, que (como sabéis, señora) era la más honrosa y se llamaba obsidional de obsidio, que quiere decir cerco; la cual no se hacía de oro ni de plata, sino de la misma grama o yerba que cría el campo en que se hacía la empresa. Y como la hazaña de Cristo fue hacer levantar el cerco al Príncipe de las Tinieblas, el cual tenía sitiada toda la tierra, como lo dice en el libro de Job: Circuivi terram et ambulavi per eam y de él dice San Pedro: Circuit, quaerens quem devoret; y vino nuestro caudillo y le hizo levantar el cerco: nunc princeps huius mundi eiicietur foras, así los soldados le coronaron no con oro ni plata, sino con el fruto natural que producía el mundo que fue el campo de la lid, el cual, después de la maldición, spinas et tribulos germinabit tibi, no producía otra cosa que espinas; y así fue propísima corona de ellas en el valeroso y sabio vencedor con que le coronó su madre la Sinagoga; saliendo a ver el doloroso triunfo, como al del otro Salomón festivas, a éste llorosas las hijas de Sión, porque es el triunfo de sabio obtenido con dolor y celebrado con llanto, que es el modo de triunfar la sabiduría; siendo Cristo, como rey de ella, quien estrenó la corona, porque santificada en sus sienes, se quite el horror a los otros sabios y entiendan que no han de aspirar a otro honor.

Quiso la misma Vida ir a dar la vida a Lázaro difunto; ignoraban los discípulos el intento y le replicaron: Rabbi, nunc quaerebant te Iudaei lapidare, et iterum vadis illuc? Satisfizo el Redentor el temor: Nonne duodecim sunt horae diei? Hasta aquí, parece que temían porque tenían el antecedente de quererle apedrear porque les había reprendido llamándoles ladrones y no pastores de las ovejas. Y así, temían que si iba a lo mismo (como las reprensiones, aunque sean tan justas, suelen ser mal reconocidas), corriese peligro su vida; pero ya desengañados y enterados de que va a dar vida a Lázaro, ¿cuál es la razón que pudo mover a Tomás para que tomando aquí los alientos que en el huerto Pedro: Eamus et nos, ut moriamur cum eo. ¿Qué dices, apóstol santo? A morir no va el Señor, ¿de qué es el recelo? Porque a lo que Cristo va no es a reprender, sino a hacer una obra de piedad, y por esto no le pueden hacer mal. Los mismos judíos os podían haber asegurado, pues cuando los reconvino, queriéndole apedrear: Multa bona opera ostendi vobis ex Patre meo, propter quod eorum opus me lapidatis?, le respondieron: De bono opere non lapidamus te, sed de blasphemia. Pues si ellos dicen que no le quieren apedrear por las buenas obras y ahora va a hacer una tan buena como dar la vida a Lázaro, ¿de qué es el recelo o por qué? ¿No fuera mejor decir: Vamos a gozar el fruto del agradecimiento de la buena obra que va a hacer nuestro Maestro; a verle aplaudir y rendir gracias al beneficio; a ver las admiraciones que hacen del milagro? Y no decir, al parecer una cosa tan fuera del caso como es: Eamus et nos, ut moriamur cum eo. Mas ¡ay! que el Santo temió como discreto y habló como apóstol. ¿No va Cristo a hacer un milagro? Pues ¿qué mayor peligro? Menos intolerable es para la soberbia oír las reprensiones, que para la envidia ver los milagros. En todo lo dicho, venerable señora, no quiero (ni tal desatino cupiera en mí) decir que me han perseguido por saber, sino sólo porque he tenido amor a la sabiduría y a las letras, no porque haya conseguido ni uno ni otro.

Hallábase el Príncipe de los Apóstoles, en un tiempo, tan distante de la sabiduría como pondera aquel enfático: Petrus vero sequebatur eum a longe; tan lejos de los aplausos de docto quien tenía el título de indiscreto: Nesciens quid diceret; y aun examinado del conocimiento de la sabiduría dijo él mismo que no había alcanzado la menor noticia: Mulier, nescio quid dicis. Mulier, non novi illum. Y ¿qué le sucede? Que teniendo estos créditos de ignorante, no tuvo la fortuna, sí las aflicciones, de sabio. ¿Por qué? No se dio otra causal sino: Et hic cum illo erat. Era afecto a la sabiduría, llevábale el corazón, andábase tras ella, preciábase de seguidor y amoroso de la sabiduría; y aunque era tan a longe que no le comprendía ni alcanzaba, bastó para incurrir sus tormentos. Ni faltó soldado de fuera que no le afligiese, ni mujer doméstica que no le aquejase. Yo confieso que me hallo muy distante de los términos de la sabiduría y que la he deseado seguir, aunque a longe. Pero todo ha sido acercarme más al fuego de la persecución, al crisol del tormento; y ha sido con tal extremo que han llegado a solicitar que se me prohiba el estudio.

Una vez lo consiguieron una prelada muy santa y muy cándida que creyó que el estudio era cosa de Inquisición y me mandó que no estudiase. Yo la obedecí (unos tres meses que duró el poder ella mandar) en cuanto a no tomar libro, que en cuanto a no estudiar absolutamente, como no cae debajo de mi potestad, no lo pude hacer, porque aunque no estudiaba en los libros, estudiaba en todas las cosas que Dios crió, sirviéndome ellas de letras, y de libro toda esta máquina universal. Nada veía sin refleja; nada oía sin consideración, aun en las cosas más menudas y materiales; porque como no hay criatura, por baja que sea, en que no se conozca el me fecit Deus, no hay alguna que no pasme el entendimiento, si se considera como se debe. Así yo, vuelvo a decir, las miraba y admiraba todas; de tal manera que de las mismas personas con quienes hablaba, y de lo que me decían, me estaban resaltando mil consideraciones: ¿De dónde emanaría aquella variedad de genios e ingenios, siendo todos de una especie? ¿Cuáles serían los temperamentos y ocultas cualidades que lo ocasionaban? Si veía una figura, estaba combinando la proporción de sus líneas y mediándola con el entendimiento y reduciéndola a otras diferentes. Paseábame algunas veces en el testero de un dormitorio nuestro (que es una pieza muy capaz) y estaba observando que siendo las líneas de sus dos lados paralelas y su techo a nivel, la vista fingía que sus líneas se inclinaban una a otra y que su techo estaba más bajo en lo distante que en lo próximo: de donde infería que las líneas visuales corren rectas, pero no paralelas, sino que van a formar una figura piramidal. Y discurría si sería ésta la razón que obligó a los antiguos a dudar si el mundo era esférico o no. Porque, aunque lo parece, podía ser engaño de la vista, demostrando concavidades donde pudiera no haberlas.

Este modo de reparos en todo me sucedía y sucede siempre, sin tener yo arbitrio en ello, que antes me suelo enfadar porque me cansa la cabeza; y yo creía que a todos sucedía esto mismo y el hacer versos, hasta que la experiencia me ha mostrado lo contrario; y es de tal manera esta naturaleza o costumbre, que nada veo sin segunda consideración. Estaban en mi presencia dos niñas jugando con un trompo, y apenas yo vi el movimiento y la figura, cuando empecé, con esta mi locura, a considerar el fácil moto de la forma esférica, y cómo duraba el impulso ya impreso e independiente de su causa, pues distante la mano de la niña, que era la causa motiva, bailaba el trompillo; y no contenta con esto, hice traer harina y cernerla para que, en bailando el trompo encima, se conociese si eran círculos perfectos o no los que describía con su movimiento; y hallé que no eran sino unas líneas espirales que iban perdiendo lo circular cuanto se iba remitiendo el impulso. Jugaban otras a los alfileres (que es el más frívolo juego que usa la puerilidad); yo me llegaba a contemplar las figuras que formaban; y viendo que acaso se pusieron tres en triángulo, me ponía a enlazar uno en otro, acordándome de que aquélla era la figura que dicen tenía el misterioso anillo de Salomón, en que había unas lejanas luces y representaciones de la Santísima Trinidad, en virtud de lo cual obraba tantos prodigios y maravillas; y la misma que dicen tuvo el arpa de David, y que por eso sanaba Saúl a su sonido; y casi la misma conservan las arpas en nuestros tiempos.

Pues ¿qué os pudiera contar, Señora, de los secretos naturales que he descubierto estando guisando? Veo que un huevo se une y fríe en la manteca o aceite y, por contrario, se despedaza en el almíbar; ver que para que el azúcar se conserve fluida basta echarle una muy mínima parte de agua en que haya estado membrillo u otra fruta agria; ver que la yema y clara de un mismo huevo son tan contrarias, que en los unos, que sirven para el azúcar, sirve cada una de por sí y juntos no. Por no cansaros con tales frialdades, que sólo refiero por daros entera noticia de mi natural y creo que os causará risa; pero, señora, ¿qué podemos saber las mujeres sino filosofías de cocina? Bien dijo Lupercio Leonardo, que bien se puede filosofar y aderezar la cena. Y yo suelo decir viendo estas cosillas: Si Aristóteles hubiera guisado, mucho más hubiera escrito. Y prosiguiendo en mi modo de cogitaciones, digo que esto es tan continuo en mí, que no necesito de libros; y en una ocasión que, por un grave accidente de estómago, me prohibieron los médicos el estudio, pasé así algunos días, y luego les propuse que era menos dañoso el concedérmelos, porque eran tan fuertes y vehementes mis cogitaciones, que consumían más espíritus en un cuarto de hora que el estudio de los libros en cuatro días; y así se redujeron a concederme que leyese; y más, Señora mía, que ni aun el sueño se libró de este continuo movimiento de mi imaginativa; antes suele obrar en él más libre y desembarazada, confiriendo con mayor claridad y sosiego las especies que ha conservado del día, arguyendo, haciendo versos, de que os pudiera hacer un catálogo muy grande, y de algunas razones y delgadezas que he alcanzado dormida mejor que despierta, y las dejo por no cansaros, pues basta lo dicho para que vuestra discreción y trascendencia penetre y se entere perfectamente en todo mi natural y del principio, medios y estado de mis estudios.

Si éstos, Señora, fueran méritos (como los veo por tales celebrar en los hombres), no lo hubieran sido en mí, porque obro necesariamente. Si son culpa, por la misma razón creo que no la he tenido; mas, con todo, vivo siempre tan desconfiada de mí, que ni en esto ni en otra cosa me fío de mi juicio; y así remito la decisión a ese soberano talento, sometiéndome luego a lo que sentenciare, sin contradición ni repugnancia, pues esto no ha sido más de una simple narración de mi inclinación a las letras.

Confieso también que con ser esto verdad tal que, como he dicho, no necesitaba de ejemplares, con todo no me han dejado de ayudar los muchos que he leído, así en divinas como en humanas letras. Porque veo a una Débora dando leyes, así en lo militar como en lo político, y gobernando el pueblo donde había tantos varones doctos. Veo una sapientísima reina de Sabá, tan docta que se atreve a tentar con enigmas la sabiduría del mayor de los sabios, sin ser por ello reprendida, antes por ello será juez de los incrédulos. Veo tantas y tan insignes mujeres: unas adornadas del don de profecía, como una Abigaíl; otras de persuasión, como Ester; otras, de piedad, como Rahab; otras de perseverancia, como Ana, madre de Samuel; y otras infinitas, en otras especies de prendas y virtudes.

Si revuelvo a los gentiles, lo primero que encuentro es con las Sibilas, elegidas de Dios para profetizar los principales misterios de nuestra Fe; y en tan doctos y elegantes versos que suspenden la admiración. Veo adorar por diosa de las ciencias a una mujer como Minerva, hija del primer Júpiter y maestra de toda la sabiduría de Atenas. Veo una Pola Argentaria, que ayudó a Lucano, su marido, a escribir la gran Batalla Farsálica. Veo a la hija del divino Tiresias, más docta que su padre. Veo a una Cenobia, reina de los Palmirenos, tan sabia como valerosa. A una Arete, hija de Aristipo, doctísima. A una Nicostrata, inventora de las letras latinas y eruditísima en las griegas. A una Aspasia Milesia que enseñó filosofía y retórica y fue maestra del filósofo Pericles. A una Hipasia que enseñó astrología y leyó mucho tiempo en Alejandría. A una Leoncia, griega, que escribió contra el filósofo Teofrasto y le convenció. A una Jucia, a una Corina, a una Cornelia; y en fin a toda la gran turba de las que merecieron nombres, ya de griegas, ya de musas, ya de pitonisas; pues todas no fueron más que mujeres doctas, tenidas y celebradas y también veneradas de la antigüedad por tales. Sin otras infinitas, de que están los libros llenos, pues veo aquella egipcíaca Catarina, leyendo y convenciendo todas las sabidurías de los sabios de Egipto. Veo una Gertrudis leer, escribir y enseñar. Y para no buscar ejemplos fuera de casa, veo una santísima madre mía, Paula, docta en las lenguas hebrea, griega y latina y aptísima para interpretar las Escrituras. ¿Y qué más que siendo su cronista un Máximo Jerónimo, apenas se hallaba el Santo digno de serlo, pues con aquella viva ponderación y enérgica eficacia con que sabe explicarse dice: Si todos los miembros de mi cuerpo fuesen lenguas, no bastarían a publicar la sabiduría y virtud de Paula. Las mismas alabanzas le mereció Blesila, viuda; y las mismas la esclarecida virgen Eustoquio, hijas ambas de la misma Santa; y la segunda, tal, que por su ciencia era llamada Prodigio del Mundo. Fabiola, romana, fue también doctísima en la Sagrada Escritura. Proba Falconia, mujer romana, escribió un elegante libro con centones de Virgilio, de los misterios de Nuestra Santa Fe. Nuestra reina Doña Isabel, mujer del décimo Alfonso, es corriente que escribió de astrología. Sin otras que omito por no trasladar lo que otros han dicho (que es vicio que siempre he abominado), pues en nuestros tiempos está floreciendo la gran Cristina Alejandra, Reina de Suecia, tan docta como valerosa y magnánima, y las Excelentísimas señoras Duquesa de Aveyro y Condesa de Villaumbrosa.

El venerable Doctor Arce (digno profesor de Escritura por su virtud y letras), en su Studioso Bibliorum excita esta cuestión: An liceat foeminis sacrorum Bibliorum studio incumbere? eaque interpretari? Y trae por la parte contraria muchas sentencias de santos, en especial aquello del Apóstol: Mulieres in Ecclesiis taceant, non enim permittitur eis loqui, etc. Trae después otras sentencias, y del mismo Apóstol aquel lugar ad Titum: Anus similiter in habitu sancto, bene docentes, con interpretaciones de los Santos Padres; y al fin resuelve, con su prudencia, que el leer públicamente en las cátedras y predicar en los púlpitos, no es lícito a las mujeres; pero que el estudiar, escribir y enseñar privadamente, no sólo les es lícito, pero muy provechoso y útil; claro está que esto no se debe entender con todas, sino con aquellas a quienes hubiere Dios dotado de especial virtud y prudencia y que fueren muy provectas y eruditas y tuvieren el talento y requisitos necesarios para tan sagrado empleo. Y esto es tan justo que no sólo a las mujeres, que por tan ineptas están tenidas, sino a los hombres, que con sólo serlo piensan que son sabios, se había de prohibir la interpretación de las Sagradas Letras, en no siendo muy doctos y virtuosos y de ingenios dóciles y bien inclinados; porque de lo contrario creo yo que han salido tantos sectarios y que ha sido la raíz de tantas herejías; porque hay muchos que estudian para ignorar, especialmente los que son de ánimos arrogantes, inquietos y soberbios, amigos de novedades en la Ley (que es quien las rehusa); y así hasta que por decir lo que nadie ha dicho dicen una herejía, no están contentos. De éstos dice el Espíritu Santo: In malevolam animam non introibit sapientia. A éstos, más daño les hace el saber que les hiciera el ignorar. Dijo un discreto que no es necio entero el que no sabe latín, pero el que lo sabe está calificado. Y añado yo que le perfecciona (si es perfección la necedad) el haber estudiado su poco de filosofía y teología y el tener alguna noticia de lenguas, que con eso es necio en muchas ciencias y lenguas: porque un necio grande no cabe en sólo la lengua materna.

A éstos, vuelvo a decir, hace daño el estudiar, porque es poner espada en manos del furioso; que siendo instrumento nobilísimo para la defensa, en sus manos es muerte suya y de muchos. Tales fueron las Divinas Letras en poder del malvado Pelagio y del protervo Arrio, del malvado Lutero y de los demás heresiarcas, como lo fue nuestro Doctor (nunca fue nuestro ni doctor) Cazalla; a los cuales hizo daño la sabiduría porque, aunque es el mejor alimento y vida del alma, a la manera que en el estómago mal acomplexionado y de viciado calor, mientras mejores los alimentos que recibe, más áridos, fermentados y perversos son los humores que cría, así estos malévolos, mientras más estudian, peores opiniones engendran; obstrúyeseles el entendimiento con lo mismo que había de alimentarse, y es que estudian mucho y digieren poco, sin proporcionarse al vaso limitado de sus entendimientos. A esto dice el Apóstol: Dico enim per gratiam quae data est mihi, omnibus qui sunt inter vos: Non plus sapere quam oportet sapere, sed sapere ad sobrietatem: et unicuique sicut Deus divisit mensuram fidei. Y en verdad no lo dijo el Apóstol a las mujeres, sino a los hombres; y que no es sólo para ellas el taceant, sino para todos los que no fueren muy aptos. Querer yo saber tanto o más que Aristóteles o que San Agustín, si no tengo la aptitud de San Agustín o de Aristóteles, aunque estudie más que los dos, no sólo no lo conseguiré sino que debilitaré y entorpeceré la operación de mi flaco entendimiento con la desproporción del objeto.

¡Oh si todos --y yo la primera, que soy una ignorante-- nos tomásemos la medida al talento antes de estudiar, y lo peor es, de escribir con ambiciosa codicia de igualar y aun de exceder a otros, qué poco ánimo nos quedara y de cuántos errores nos excusáramos y cuántas torcidas inteligencias que andan por ahí no anduvieran! Y pongo las mías en primer lugar, pues si conociera, como debo, esto mismo no escribiera. Y protesto que sólo lo hago por obedeceros; con tanto recelo, que me debéis más en tomar la pluma con este temor, que me debiérades si os remitiera más perfectas obras. Pero, bien que va a vuestra corrección; borradlo, rompedlo y reprendedme, que eso apreciaré yo más que todo cuanto vano aplauso me pueden otros dar: Corripiet me iustus in misericordia, et increpabit: oleum autem peccatoris non impinguet caput meum.

Y volviendo a nuestro Arce, digo que trae en confirmación de su sentir aquellas palabras de mi Padre San Jerónimo (ad Laetam, de institutione filiae), donde dice: Adhuc tenera lingua psalmis dulcibus imbuatur. Ipsa nomina per quae consuescit paulatim verba contexere; non sint fortuita, sed certa, et coacervata de industria. Prophetarum videlicet, atque Apostolorum, et omnis ab Adam Patriarcharum series, de Matthaeo, Lucaque descendat, ut dum aliud agit, futurae memoriae praeparetur. Reddat tibi pensum quotidie, de Scripturarum floribus carptum. Pues si así quería el Santo que se educase una niña que apenas empezaba a hablar, ¿qué querrá en sus monjas y en sus hijas espirituales? Bien se conoce en las referidas Eustoquio y Fabiola y en Marcela, su hermana Pacátula y otras a quienes el Santo honra en sus epístolas, exhortándolas a este sagrado ejercicio, como se conoce en la citada epístola donde noté yo aquel reddat tibi pensum, que es reclamo y concordante del bene docentes de San Pablo; pues el reddat tibi de mi gran Padre da a entender que la maestra de la niña ha de ser la misma Leta su madre.

¡Oh cuántos daños se excusaran en nuestra república si las ancianas fueran doctas como Leta, y que supieran enseñar como manda San Pablo y mi Padre San Jerónimo! Y no que por defecto de esto y la suma flojedad en que han dado en dejar a las pobres mujeres, si algunos padres desean doctrinar más de lo ordinario a sus hijas, les fuerza la necesidad y falta de ancianas sabias, a llevar maestros hombres a enseñar a leer, escribir y contar, a tocar y otras habilidades, de que no pocos daños resultan, como se experimentan cada día en lastimosos ejemplos de desiguales consorcios, porque con la inmediación del trato y la comunicación del tiempo, suele hacerse fácil lo que no se pensó ser posible. Por lo cual, muchos quieren más dejar bárbaras e incultas a sus hijas que no exponerlas a tan notorio peligro como la familiaridad con los hombres, lo cual se excusara si hubiera ancianas doctas, como quiere San Pablo, y de unas en otras fuese sucediendo el magisterio como sucede en el de hacer labores y lo demás que es costumbre.

Porque ¿qué inconveniente tiene que una mujer anciana, docta en letras y de santa conversación y costumbres, tuviese a su cargo la educación de las doncellas? Y no que éstas o se pierden por falta de doctrina o por querérsela aplicar por tan peligrosos medios cuales son los maestros hombres, que cuando no hubiera más riesgo que la indecencia de sentarse al lado de una mujer verecunda (que aun se sonrosea de que la mire a la cara su propio padre) un hombre tan extraño, a tratarla con casera familiaridad y a tratarla con magistral llaneza, el pudor del trato con los hombres y de su conversación basta para que no se permitiese. Y no hallo yo que este modo de enseñar de hombres a mujeres pueda ser sin peligro, si no es en el severo tribunal de un confesonario o en la distante docencia de los púlpitos o en el remoto conocimiento de los libros, pero no en el manoseo de la inmediación. Y todos conocen que esto es verdad; y con todo, se permite sólo por el defecto de no haber ancianas sabias; luego es grande daño el no haberlas. Esto debían considerar los que atados al Mulieres in Ecclesia taceant, blasfeman de que las mujeres sepan y enseñen; como que no fuera el mismo Apóstol el que dijo: bene docentes. Demás de que aquella prohibición cayó sobre lo historial que refiere Eusebio, y es que en la Iglesia primitiva se ponían las mujeres a enseñar las doctrinas unas a otras en los templos; y este rumor confundía cuando predicaban los apóstoles y por eso se les mandó callar; como ahora sucede, que mientras predica el predicador no se reza en alta voz.

No hay duda de que para inteligencia de muchos lugares es menester mucha historia, costumbres, ceremonias, proverbios y aun maneras de hablar de aquellos tiempos en que se escribieron, para saber sobre qué caen y a qué aluden algunas locuciones de las divinas letras. Scindite corda vestra, et non vestimenta vestra, ¿no es alusión a la ceremonia que tenían los hebreos de rasgar los vestidos, en señal de dolor, como lo hizo el mal pontífice cuando dijo que Cristo había blasfemado? Muchos lugares del Apóstol sobre el socorro de las viudas ¿no miraban también a las costumbres de aquellos tiempos? Aquel lugar de la mujer fuerte: Nobilis in portis vir eius ¿no alude a la costumbre de estar los tribunales de los jueces en las puertas de las ciudades? El dare terram Deo ¿no significaba hacer algún voto? Hiemantes ¿no se llamaban los pecadores públicos, porque hacían penitencia a cielo abierto, a diferencia de los otros que la hacían en un portal? Aquella queja de Cristo al fariseo de la falta del ósculo y lavatorio de pies ¿no se fundó en la costumbre que de hacer estas cosas tenían los judíos? Y otros infinitos lugares no sólo de las letras divinas sino también de las humanas, que se topan a cada paso, como el adorate purpuram, que significaba obedecer al rey; el manumittere eum, que significa dar libertad, aludiendo a la costumbre y ceremonia de dar una bofetada al esclavo para darle libertad. Aquel intonuit coelum, de Virgilio, que alude al agüero de tronar hacia occidente, que se tenía por bueno. Aquel tu nunquam leporem edisti, de Marcial, que no sólo tiene el donaire de equívoco en el leporem, sino la alusión a la propiedad que decían tener la liebre. Aquel proverbio: Maleam legens, quae sunt domi obliviscere, que alude al gran peligro del promontorio de Laconia. Aquella respuesta de la casta matrona al pretensor molesto, de: "por mí no se untarán los quicios, ni arderán las teas", para decir que no quería casarse, aludiendo a la ceremonia de untar las puertas con manteca y encender las teas nupciales en los matrimonios; como si ahora dijéramos: por mí no se gastarán arras ni echará bendiciones el cura. Y así hay tanto comento de Virgilio y de Homero y de todos los poetas y oradores. Pues fuera de esto, ¿qué dificultades no se hallan en los lugares sagrados, aun en lo gramatical, de ponerse el plural por singular, de pasar de segunda a tercera persona, como aquello de los Cantares: osculetur me osculo oris sui: quia meliora sunt ubera tua vino? Aquel poner los adjetivos en genitivo, en vez de acusativo, como Calicem salutaris accipiam? Aquel poner el femenino por masculino; y, al contrario, llamar adulterio a cualquier pecado?

Todo esto pide más lección de lo que piensan algunos que, de meros gramáticos, o cuando mucho con cuatro términos de Súmulas, quieren interpretar las Escrituras y se aferran del Mulieres in Ecclesiis taceant, sin saber cómo se ha de entender. Y de otro lugar: Mulier in silentio discat; siendo este lugar más en favor que en contra de las mujeres, pues manda que aprendan, y mientras aprenden claro está que es necesario que callen. Y también está escrito: Audi Israel, et tace; donde se habla con toda la colección de los hombres y mujeres, y a todos se manda callar, porque quien oye y aprende es mucha razón que atienda y calle. Y si no, yo quisiera que estos intérpretes y expositores de San Pablo me explicaran cómo entienden aquel lugar: Mulieres in Ecclesia taceant. Porque o lo han de entender de lo material de los púlpitos y cátedras, o de lo formal de la universalidad de los fieles, que es la Iglesia. Si lo entienden de lo primero (que es, en mi sentir, su verdadero sentido, pues vemos que, con efecto, no se permite en la Iglesia que las mujeres lean públicamente ni prediquen), ¿por qué reprenden a las que privadamente estudian? Y si lo entienden de lo segundo y quieren que la prohibición del Apóstol sea trascendentalmente, que ni en lo secreto se permita escribir ni estudiar a las mujeres, ¿cómo vemos que la Iglesia ha permitido que escriba una Gertrudis, una Teresa, una Brígida, la monja de Ágreda y otras muchas? Y si me dicen que éstas eran santas, es verdad, pero no obsta a mi argumento; lo primero, porque la proposición de San Pablo es absoluta y comprende a todas las mujeres sin excepción de santas, pues también en su tiempo lo eran Marta y María, Marcela, María madre de Jacob, y Salomé, y otras muchas que había en el fervor de la primitiva Iglesia, y no las exceptúa; y ahora vemos que la Iglesia permite escribir a las mujeres santas y no santas, pues la de Ágreda y María de la Antigua no están canonizadas y corren sus escritos; y ni cuando Santa Teresa y las demás escribieron, lo estaban: luego la prohibición de San Pablo sólo miró a la publicidad de los púlpitos, pues si el Apóstol prohibiera el escribir, no lo permitiera la Iglesia. Pues ahora, yo no me atrevo a enseñar --que fuera en mí muy desmedida presunción--; y el escribir, mayor talento que el mío requiere y muy grande consideración. Así lo dice San Cipriano: Gravi consideratione indigent, quae scribimus. Lo que sólo he deseado es estudiar para ignorar menos: que, según San Agustín, unas cosas se aprenden para hacer y otras para sólo saber: Discimus quaedam, ut sciamus; quaedam, ut faciamus. Pues ¿en qué ha estado el delito, si aun lo que es lícito a las mujeres, que es enseñar escribiendo, no hago yo porque conozco que no tengo caudal para ello, siguiendo el consejo de Quintiliano: Noscat quisque, et non tantum ex alienis praeceptis, sed ex natura sua capiat consilium?

Si el crimen está en la Carta Atenagórica, ¿fue aquélla más que referir sencillamente mi sentir con todas las venias que debo a nuestra Santa Madre Iglesia? Pues si ella, con su santísima autoridad, no me lo prohibe, ¿por qué me lo han de prohibir otros? ¿Llevar una opinión contraria de Vieyra fue en mí atrevimiento, y no lo fue en su Paternidad llevarla contra los tres Santos Padres de la Iglesia? Mi entendimiento tal cual ¿no es tan libre como el suyo, pues viene de un solar? ¿Es alguno de los principios de la Santa Fe, revelados, su opinión, para que la hayamos de creer a ojos cerrados? Demás que yo ni falté al decoro que a tanto varón se debe, como acá ha faltado su defensor, olvidado de la sentencia de Tito Lucio: Artes committatur decor; ni toqué a la Sagrada Compañía en el pelo de la ropa; ni escribí más que para el juicio de quien me lo insinuó; y según Plinio, non similis est conditio publicantis, et nominatim dicentis. Que si creyera se había de publicar, no fuera con tanto desaliño como fue. Si es, como dice el censor, herética, ¿por qué no la delata? y con eso él quedará vengado y yo contenta, que aprecio, como debo, más el nombre de católica y de obediente hija de mi Santa Madre Iglesia, que todos los aplausos de docta. Si está bárbara --que en eso dice bien--, ríase, aunque sea con la risa que dicen del conejo, que yo no le digo que me aplauda, pues como yo fui libre para disentir de Vieyra, lo será cualquiera para disentir de mi dictamen.

Pero ¿dónde voy, Señora mía? Que esto no es de aquí, ni es para vuestros oídos, sino que como voy tratando de mis impugnadores, me acordé de las cláusulas de uno que ha salido ahora, e insensiblemente se deslizó la pluma a quererle responder en particular, siendo mi intento hablar en general. Y así, volviendo a nuestro Arce, dice que conoció en esta ciudad dos monjas: la una en el convento de Regina, que tenía el Breviario de tal manera en la memoria, que aplicaba con grandísima prontitud y propiedad sus versos, salmos y sentencias de homilías de los santos, en las conversaciones. La otra, en el convento de la Concepción, tan acostumbrada a leer las Epístolas de mi Padre San Jerónimo, y locuciones del Santo, de tal manera que dice Arce: Hieronymum ipsum hispane loquentem audire me existimarem. Y de ésta dice que supo, después de su muerte, había traducido dichas Epístolas en romance; y se duele de que tales talentos no se hubieran empleado en mayores estudios con principios científicos, sin decir los nombres de la una ni de la otra, aunque las trae para confirmación de su sentencia, que es que no sólo es lícito, pero utilísimo y necesario a las mujeres el estudio de las sagradas letras, y mucho más a las monjas, que es lo mismo a que vuestra discreción me exhorta y a que concurren tantas razones.

Pues si vuelvo los ojos a la tan perseguida habilidad de hacer versos —que en mí es tan natural, que aun me violento para que esta carta no lo sean, y pudiera decir aquello de Quidquid conabar dicere, versus erat—, viéndola condenar a tantos tanto y acriminar, he buscado muy de propósito cuál sea el daño que puedan tener, y no le he hallado; antes sí los veo aplaudidos en las bocas de las Sibilas; santificados en las plumas de los Profetas, especialmente del Rey David, de quien dice el gran expositor y amado Padre mío, dando razón de las mensuras de sus metros: In morem Flacci et Pindari nunc iambo currit, nunc alcaico personat, nunc sapphico tumet, nunc semipede ingreditur. Los más de los libros sagrados están en metro, como el Cántico de Moisés; y los de Job, dice San Isidoro, en sus Etimologías, que están en verso heroico. En los Epitalamios los escribió Salomón; en los Trenos, Jeremías. Y así dice Casiodoro: Omnis poetica locutio a Divinis scripturis sumpsit exordium. Pues nuestra Iglesia Católica no sólo no los desdeña, mas los usa en sus Himnos y recita los de San Ambrosio, Santo Tomás, de San Isidoro y otros. San Buenaventura les tuvo tal afecto que apenas hay plana suya sin versos. San Pablo bien se ve que los había estudiado, pues los cita, y traduce el de Arato: In ipso enim vivimus, et movemur, et sumus, y alega el otro de Parménides: Cretenses semper mendaces, malae bestiae, pigri. San Gregorio Nacianceno disputa en elegantes versos las cuestiones de Matrimonio y la de la Virginidad. Y ¿qué me canso? La Reina de la Sabiduría y Señora nuestra, con sus sagrados labios, entonó el Cántico de la Magnificat; y habiéndola traído por ejemplar, agravio fuera traer ejemplos profanos, aunque sean de varones gravísimos y doctísimos, pues esto sobra para prueba; y el ver que, aunque como la elegancia hebrea no se pudo estrechar a la mensura latina, a cuya causa el traductor sagrado, más atento a lo importante del sentido, omitió el verso, con todo, retienen los Salmos el nombre y divisiones de versos; pues ¿cuál es el daño que pueden tener ellos en sí? Porque el mal uso no es culpa del arte, sino del mal profesor que los vicia, haciendo de ellos lazos del demonio; y esto en todas las facultades y ciencias sucede.

Pues si está el mal en que los use una mujer, ya se ve cuántas los han usado loablemente; pues ¿en qué está el serlo yo? Confieso desde luego mi ruindad y vileza; pero no juzgo que se habrá visto una copla mía indecente. Demás, que yo nunca he escrito cosa alguna por mi voluntad, sino por ruegos y preceptos ajenos; de tal manera, que no me acuerdo haber escrito por mi gusto sino es un papelillo que llaman El Sueño. Esa carta que vos, Señora mía, honrasteis tanto, la escribí con más repugnancia que otra cosa; y así porque era de cosas sagradas a quienes (como he dicho) tengo reverente temor, como porque parecía querer impugnar, cosa a que tengo aversión natural. Y creo que si pudiera haber prevenido el dichoso destino a que nacía --pues, como a otro Moisés, la arrojé expósita a las aguas del Nilo del silencio, donde la halló y acarició una princesa como vos--; creo, vuelvo a decir, que si yo tal pensara, la ahogara antes entre las mismas manos en que nacía, de miedo de que pareciesen a la luz de vuestro saber los torpes borrones de mi ignorancia. De donde se conoce la grandeza de vuestra bondad, pues está aplaudiendo vuestra voluntad lo que precisamente ha de estar repugnando vuestro clarísimo entendimiento. Pero ya que su ventura la arrojó a vuestras puertas, tan expósita y huérfana que hasta el nombre le pusisteis vos, pésame que, entre más deformidades, llevase también los defectos de la prisa; porque así por la poca salud que continuamente tengo, como por la sobra de ocupaciones en que me pone la obediencia, y carecer de quien me ayude a escribir, y estar necesitada a que todo sea de mi mano y porque, como iba contra mi genio y no quería más que cumplir con la palabra a quien no podía desobedecer, no veía la hora de acabar; y así dejé de poner discursos enteros y muchas pruebas que se me ofrecían, y las dejé por no escribir más; que, a saber que se había de imprimir, no las hubiera dejado, siquiera por dejar satisfechas algunas objeciones que se han excitado, y pudiera remitir, pero no seré tan desatenta que ponga tan indecentes objetos a la pureza de vuestros ojos, pues basta que los ofenda con mis ignorancias, sin que los remita a ajenos atrevimientos. Si ellos por sí volaren por allá (que son tan livianos que sí harán), me ordenaréis lo que debo hacer; que, si no es interviniendo vuestros preceptos, lo que es por mi defensa nunca tomaré la pluma, porque me parece que no necesita de que otro le responda, quien en lo mismo que se oculta conoce su error, pues, como dice mi Padre San Jerónimo, bonus sermo secreta non quaerit, y San Ambrosio: latere criminosae est conscientiae. Ni yo me tengo por impugnada, pues dice una regla del Derecho: Accusatio non tenetur si non curat de persona, quae produxerit illam. Lo que sí es de ponderar es el trabajo que le ha costado el andar haciendo traslados. ¡Rara demencia: cansarse más en quitarse el crédito que pudiera en granjearlo! Yo, Señora mía, no he querido responder; aunque otros lo han hecho, sin saberlo yo: basta que he visto algunos papeles, y entre ellos uno que por docto os remito y porque el leerle os desquite parte del tiempo que os he malgastado en lo que yo escribo. Si vos, Señora, gustáredes de que yo haga lo contrario de lo que tenía propuesto a vuestro juicio y sentir, al menor movimiento de vuestro gusto cederá, como es razón, mi dictamen que, como os he dicho, era de callar, porque aunque dice San Juan Crisóstomo: calumniatores convincere oportet, interrogatores docere, veo que también dice San Gregorio: Victoria non minor est, hostes tolerare, quam hostes vincere; y que la paciencia vence tolerando y triunfa sufriendo. Y si entre los gentiles romanos era costumbre, en la más alta cumbre de la gloria de sus capitanes --cuando entraban triunfando de las naciones, vestidos de púrpura y coronados de laurel, tirando el carro, en vez de brutos, coronadas frentes de vencidos reyes, acompañados de los despojos de las riquezas de todo el mundo y adornada la milicia vencedora de las insignias de sus hazañas, oyendo los aplausos populares en tan honrosos títulos y renombres como llamarlos Padres de la Patria, Columnas del Imperio, Muros de Roma, Amparos de la República y otros nombres gloriosos--, que en este supremo auge de la gloria y felicidad humana fuese un soldado, en voz alta diciendo al vencedor, como con sentimiento suyo y orden del Senado: Mira que eres mortal; mira que tienes tal y tal defecto; sin perdonar los más vergonzosos, como sucedió en el triunfo de César, que voceaban los más viles soldados a sus oídos: Cavete romani, adducimus vobis adulterum calvum. Lo cual se hacía porque en medio de tanta honra no se desvaneciese el vencedor, y porque el lastre de estas afrentas hiciese contrapeso a las velas de tantos aplausos, para que no peligrase la nave del juicio entre los vientos de las aclamaciones. Si esto, digo, hacían unos gentiles, con sola la luz de la Ley Natural, nosotros, católicos, con un precepto de amar a los enemigos, ¿qué mucho haremos en tolerarlos? Yo de mí puedo asegurar que las calumnias algunas veces me han mortificado, pero nunca me han hecho daño, porque yo tengo por muy necio al que teniendo ocasión de merecer, pasa el trabajo y pierde el mérito, que es como los que no quieren conformarse al morir y al fin mueren sin servir su resistencia de excusar la muerte, sino de quitarles el mérito de la conformidad, y de hacer mala muerte la muerte que podía ser bien. Y así, Señora mía, estas cosas creo que aprovechan más que dañan, y tengo por mayor el riesgo de los aplausos en la flaqueza humana, que suelen apropiarse lo que no es suyo, y es menester estar con mucho cuidado y tener escritas en el corazón aquellas palabras del Apóstol: Quid autem habes quod non accepisti? Si autem accepisti, quid gloriaris quasi non acceperis?, para que sirvan de escudo que resista las puntas de las alabanzas, que son lanzas que, en no atribuyéndose a Dios, cuyas son, nos quitan la vida y nos hacen ser ladrones de la honra de Dios y usurpadores de los talentos que nos entregó y de los dones que nos prestó y de que hemos de dar estrechísima cuenta. Y así, Señora, yo temo más esto que aquello; porque aquello, con sólo un acto sencillo de paciencia, está convertido en provecho; y esto, son menester muchos actos reflexos de humildad y propio conocimiento para que no sea daño. Y así, de mí lo conozco y reconozco que es especial favor de Dios el conocerlo, para saberme portar en uno y en otro con aquella sentencia de San Agustín: Amico laudanti credendum non est, sicut nec inimico detrahenti. Aunque yo soy tal que las más veces lo debo de echar a perder o mezclarlo con tales defectos e imperfecciones, que vicio lo que de suyo fuera bueno. Y así, en lo poco que se ha impreso mío, no sólo mi nombre, pero ni el consentimiento para la impresión ha sido dictamen propio, sino libertad ajena que no cae debajo de mi dominio, como lo fue la impresión de la Carta Atenagórica; de suerte que solamente unos Ejercicios de la Encarnación y unos Ofrecimientos de los Dolores, se imprimieron con gusto mío por la pública devoción, pero sin mi nombre; de los cuales remito algunas copias, porque (si os parece) los repartáis entre nuestras hermanas las religiosas de esa santa comunidad y demás de esa ciudad. De los Dolores va sólo uno porque se han consumido ya y no pude hallar más. Hícelos sólo por la devoción de mis hermanas, años ha, y después se divulgaron; cuyos asuntos son tan improporcionados a mi tibieza como a mi ignorancia, y sólo me ayudó en ellos ser cosas de nuestra gran Reina: que no sé qué se tiene el que en tratando de María Santísima se enciende el corazón más helado. Yo quisiera, venerable Señora mía, remitiros obras dignas de vuestra virtud y sabiduría; pero como dijo el Poeta:

Ut desint vires, tamen est laudanda voluntas:

hac ego contentos, auguror esse Deos.

Si algunas otras cosillas escribiere, siempre irán a buscar el sagrado de vuestras plantas y el seguro de vuestra corrección, pues no tengo otra alhaja con que pagaros, y en sentir de Séneca, el que empezó a hacer beneficios se obligó a continuarlos; y así os pagará a vos vuestra propia liberalidad, que sólo así puedo yo quedar dignamente desempeñada, sin que caiga en mí aquello del mismo Séneca: Turpe est beneficiis vinci. Que es bizarría del acreedor generoso dar al deudor pobre, con que pueda satisfacer la deuda. Así lo hizo Dios con el mundo imposibilitado de pagar: diole a su Hijo propio para que se le ofreciese por digna satisfacción.

Si el estilo, venerable Señora mía, de esta carta, no hubiere sido como a vos es debido, os pido perdón de la casera familiaridad o menos autoridad de que tratándoos como a una religiosa de velo, hermana mía, se me ha olvidado la distancia de vuestra ilustrísima persona, que a veros yo sin velo, no sucediera así; pero vos, con vuestra cordura y benignidad, supliréis o enmendaréis los términos, y si os pareciere incongruo el Vos de que yo he usado por parecerme que para la reverencia que os debo es muy poca reverencia la Reverencia, mudadlo en el que os pareciere decente a lo que vos merecéis, que yo no me he atrevido a exceder de los límites de vuestro estilo ni a romper el margen de vuestra modestia.

Y mantenedme en vuestra gracia, para impetrarme la divina, de que os conceda el Señor muchos aumentos y os guarde, como le suplico y he menester. De este convento de N. Padre San Jerónimo de Méjico, a primero día del mes de marzo de mil seiscientos y noventa y un años. B. V. M. vuestra más favorecida

Juana Inés de la Cruz

(Respuesta de la poetisa a la muy ilustre Sor Filotea de la Cruz, 1691)