sábado, 26 de diciembre de 2009

El rey de los judíos


El rey de los judíos


Francisco Javier Chaín Revuelta

Debido al exceso de publicidad y a los iconos estadounidenses, muchas personas creen que estos días navideños se celebra al tal Santa Clos, por tal motivo valga la pena aclarar que el motivo de estas fiestas navideñas se refieren al nacimiento del hijo de María allá en la ciudad palestina de Belén y más o menos el día en que se empezó a contar este calendario romano que padecemos.

La verdad es que las posadas y la cena de navidad se deben a la celebración del nacimiento de Jesús, que fue uno de los grandes profetas de la historia y de ninguna manera se celebra al sajón de santa clos, quien deben andar estos días muy ocupado llevándoles de navideño regalo bombas, armas y soldados a los niños de Irak, Afganistán, Palestina y otros tantos lugares donde el “príncipe” de la paz, el Nobel de la paz, un tal Obama le facilita al risueño y obeso santa clos, los trineos para que los bombardeos, las armas y los soldados cumplan su pacífico cometido con los niños de esos países que se resisten a pensar como gringos, a mascar chicle y tomar cocacola. Quizá con unos miles de soldados enviados puedan lograr convencerlos de que como disneylandia y los jotdogs no hay en el mundo mayor gloria ni bobería.

La noche del veinticuatro de diciembre se celebra el nacimiento del rey de los judíos. Tal como lo da a conocer ese pueblo en sus libros de relatos referentes al nacimiento de Jesús, que son, exclusivamente, los evangelios de Mateo y de Lucas, ya que no hay relatos sobre tal nacimiento en los evangelios de Marcos y Juan. Además, las narraciones de Mateo y Lucas son diferentes entre sí.

Según Mateo, María y su esposo, José, viven (según parece, pues no se relata ningún viaje) en Belén. María queda inesperadamente embarazada y José resuelve repudiarla, pero un ángel le anuncia en sueños que el embarazo de María es obra del Espíritu Santo y profetiza, con palabras del profeta Isaías, que su hijo será el Mesías que esperan los judíos. Unos magos de Oriente llegan a Jerusalén preguntando por el "rey de los judíos que acaba de nacer" con la intención de adorarlo, lo que alerta al rey de Judea, Herodes el Grande, que decide acabar con el posible rival. Los magos, guiados por una estrella, llegan a Belén y adoran al niño. De nuevo, el ángel visita a José, y le advierte de la inminente persecución de Herodes, por lo que la familia huye a Egipto y permanece allí hasta la muerte del monarca (de nuevo notificada a José por el ángel, que se le presenta por tercera vez. Entonces, José se instala con su familia en Nazaret, en Galilea.

En el evangelio según San Lucas, María y José viven en la ciudad galilea de Nazaret. La historia de la concepción de Jesús se entrelaza aquí con la de Juan el Bautista —ya que en este evangelio María e Isabel, madre del Bautista, son parientes— y el nacimiento de Jesús es notificado a María por el ángel Gabriel (lo que se conoce como Anunciación) El emperador Augusto ordena un censo en el cual cada uno debe empadronarse en su lugar de nacimiento y José debe viajar a Belén, por ser originario de este lugar. Jesús nace en Belén mientras se encuentran de viaje y es adorado por pastores.

Esta tradicional celebración, a una semana del fin del año solar, se brinda con una cena previa a una cena mas grande que en tono festivo y cohetero remata el año viejo y da la buena nueva al año nuevo.

http://www.oem.com.mx/elsoldecórdoba/notas/s2767

http://www.gobernantes.com/Interiores/columnas/chainrevuelta2712.htm

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