martes, 22 de diciembre de 2009

El perfume



El perfume


¡Dios guarde de mal a quien sea fiel
a la amistad!
Alma, cabeza y corazón, todo lo ofrezco
en sacrificio a mi bienamada.
Corazón mio: vive de manera
que si tu pie resbala, un ángel
te sostenga con sus manos.
Ella no quiso guardar mi corazón.
"Sólo Dios guarda -dijo-
lo que viene de mano del esclavo".
¡Oh brisa! Si por acaso vieras
mi corazón cautivo en sus cabellos
dile lo que ha de hacer
para seguir en ellos.
¿Dónde está, amada mía, el polvo de tu senda?
Shejim quisiera poder conservarlo
en recuerdo de tu perfume.

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