Magno concierto en Orizaba
Laura Fernández-Montesinos Salamanca
El sábado 18 de diciembre del año en curso, se llevó a cabo el internacional Sexto encuentro de orquestas en la ciudad de Orizaba, que cerró apoteósicamente el domingo 19 en el auditorio Manuel Suárez de Córdoba.
En un evento dirigido por la escuela de Música Beethoven, de la ciudad de Orizaba, presidida por los músicos y maestros Diana Fonseca y Alexandr Labsa, es la sexta ocasión en que este evento se presenta en la región. Para ello reunieron músicos de diferentes países y regiones de México: Venezuela, país invitado; Chiapas, Tlaxcala, Puebla, Chihuahua y Campeche completaron a los participantes. Niños y jóvenes de todas las edades desde seis años, infantiles y juveniles, se centraron en mostrar sus habilidades y compenetrarse perfectamente con el resto de músicos más experimentados, durante los tres días en que ensayaron exhaustivamente hasta lograr la coordinación y majestuosidad de dos conciertos que deleitaron, en ambas presentaciones, al auditorio.
A destacar que el concierto de Orizaba se dedicó al recientemente desaparecido músico, maestro y virtuoso pianista Daniel Villegas, de 36 años.
La magnífica interpretación de los niños y jóvenes, dedicados en cuerpo y alma en sus ensayos a la coordinación del ensamble, se complementó perfectamente con la elección de las piezas que se interpretaron. No sólo obras clásicas de delicada interpretación, sino sonidos navideños, y un espectacular cierre con un popurrí de mambos que levantaron de los asientos a la mayor parte del auditorio.
Escuchar a una orquesta en un concierto siempre será un deleite, mayor aún si las piezas son brillantemente ejecutadas y del gusto del auditorio. Escuchar a niños pequeños ejecutando sus instrumentos perfectamente compenetrados con el resto de jóvenes, es verdaderamente emocionante y placentero. Escucharlos a todos juntos, unidos por la música, con la profesionalidad de los maestros directores, las expresiones de serenidad de los niños ejecutantes, concentrados en sacar de sus instrumentos el más limpio de los sonidos, nos llevaron a los asistentes al clímax. Simplemente sublime.
Música y arte siempre armonizan. El día 18 en Orizaba, el actor Enrique Sánchez, bailó sobre sus zancos al ritmo de la música, vestido y pintado de rojo y blanco, como un extraño espíritu navideño de considerable altura. Los asistentes quedamos boquiabiertos con la habilidad del actor para moverse sobre dos enormes zancos por entre la orquesta y el público. Para los niños de la orquesta, en plena ejecución, fue una sorpresa que les arrancó admiraciones y les pintó en los rostros hermosas miradas de impresión. Una muestra ejemplar de recreación artística combinada a la perfección. Y dos espectáculos musicales, el día 18 y el 19, que deberían contar con el apoyo de las autoridades en turno, pues la cultura y el arte son una tabla de salvación para los pueblos y las generaciones, y una belleza a la que todos deberíamos tener acceso. Son espectáculos que armonizan con el alma. Levantan ánimos, expanden alegría, relajan el espíritu y nos hace generosos, sencillos y felices.
Si las autoridades correspondientes tuvieran la sensibilidad, la elegancia y la sabiduría de apoyar eventos de esta calidad, lograrían solventar muchos de los problemas que se ciernen hoy día sobre la juventud y la población en general. Aprovechar las habilidades de los niños es un trampolín a un futuro con éxito. Desgraciadamente estos eventos se han venido produciendo con el esfuerzo de padres, directores, empresas privadas como Comex, Socum, que cedió las instalaciones durante tres días para los ensayos y el primer concierto, Escuela Hispano Mexicana, entre otras, con un apoyo mínimo de las autoridades.
Felicidades a todos los músicos participantes, a los directores y maestros, y un reconocimiento especial a la Escuela Beethoven de Orizaba por este magnífico evento.
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